Fallido

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“Hola, soy Kurt Hummel y cantaré “Mr. Cellophane”
“Cellophane
Mister Cellophane
Shoulda been my name
Mister Cellophane
'Cause you can look right through me
Walk rught by me
And never know I'm there...
Never even know I'm there.”

“-Gracias, eso estuvo muy lindo.”

Subo de un muy buen humor las escaleras para dirigirme a la cocina y tomar el desayuno, es raro pero he soñado exactamente lo mismo un par de veces en estos últimos meses. Se siente tan real como aquel día de la audición.
Carole está sentada en la barra de la cocina esperado a que papá termine de cocinar para ella como lo hace todas las mañanas, me mira sonriente y le devuelvo el gesto, parece que hoy todos nos levantamos con el pie derecho.
-Buenos días- rompo el silencio acercándome a Carole para sentarme a su lado. Tomo un poco de pan tostado que está sobre la mesa, Finn debió dejarlo ahí.
-Hey Kurt, no puedo llevar a ambos al colegio pero toma las llaves de la camioneta, deben estar por ahí- habla sin mirarme ya que está sirviendo el desayuno para ellos.
-Le diré a Finn que conduzca, por cierto, ¿dónde está?- pregunto paseando la mirada por la casa pero no ubico su mochila o sus zapatos que usualmente siempre están tirados a media sala.
Burt levanta la mirada hacia mí con una sonrisa en el rostro. Bien, eso me asusta.
-Finn salió temprano, Rachel lo llamó, lo necesitaba para ensayar unas canciones-escucho a Carole y ruedo los ojos inevitablemente porque sé lo que eso significa- pero puedes irte con… ya sabes- interrumpe mi padre, divertido.
Decido que esto no arruinará mi día así que asiento con una sonrisa forzada sin responder, ya tengo suficiente con el idiota de Karofsky para tener que amargarme aún más por la pelea que tuve anoche con mi hermano. Suspiro fuertemente y llevo mis manos a la corbata de moño dorada que llevo puesta para retomar la calma.
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Mientras lavo los trastes del desayuno canto Mr. Cellophane una y otra vez sin parar. Burt y Carole se despiden de mí ya que irán a arreglar asuntos de la boda que aún están pendientes y de los cuales, tristemente, no puedo hacerme cargo esta vez.
“ 'Cause you can look right through me
walk right by me
And never know I'm there... “

-Ha pasado más de un año desde que entraste a ese tonto “Glee Club”, no sé cómo te enorgullece ser parte de los perdedores- hace una corta pausa- oh no, de hecho sí lo sé, porque eres un perdedor-puedo oír claramente la burla en su voz, aprieto con fuerza la esponja y la suelto unos segundos después para dar media vuelta.
Corrección, no todos empezamos el día con el pie derecho.
-The Writers Club es aún peor que Glee Club, Carson. Por si lo olvidabas.
Pensándolo bien, sí despertó de buen humor, porque hay días que es peor que escuchar a Mr. Schue rapear. Y créanme que eso es llevar las cosas al límite.
-No por mucho, créeme- afirma seguro de sí mismo pasando una mano por su cabello castaño, es increible que tenga un mejor pelo que yo cuando lo único que hace es ponerle shampoo. Que envidia.
Salgo de la casa luego de tomar la mochila y el suéter oscuro que estaba sobre el sofá. Lo que empezó como un gran día se convirtió en una pesadilla, ese es el poder que tiene Carson sobre las personas, siendo específicos, sobre mí. La pésima noticia es que está al tanto de ello y nunca desperdicia la oportunidad de recordármelo.
La buena noticia es que es rara la vez que pasa algo como esto, no somos los mejores hermanos, es más, apenas y hablamos en casa, pero tampoco nos odiamos. Tenemos nuestras diferencias como cualquier par de hermanos las tiene. O par de gemelos.
No me molesto siquiera en decirle que conduzca y en el camino no cruzamos palabra alguna, ni plática o música, silencio extremo. Al llegar bajamos del auto y Carson azota la puerta haciendome saltar un poco por la sorpresa, para cuando intento lanzarle una mirada él ya está lejos de mí.
¿Le habrá molestado de más mi comentario sobre The Writers Club? No mentía, todos saben que no tiene miembros más que una chica de la cual no sé su nombre, Carson dirige el club con tal de que no se disuelva pero con ese carácter no creo que lo lleve muy lejos y es cuestión de tiempo para que Coach Sue intente destruirlo como ha tratado con Glee Club desde que comenzó.
Aparte nadie lee el periódico escolar en este colegio, si al caso sólo sirve como papel maché en el Club de Arte. He visto a Carson todas las semanas desvelarse el último día antes de la entrega escribiendo el periodico completo porque nadie le ayuda, y no es por ser rudo, pero estoy seguro que nadie lo hará. Yo lo haría pero lo mío es cantar, no escribir. A menos que se trate de escribir artículos sobre moda, pero no creo que esté interesado en esos temas.
Al entrar logro observar a Tina que, a decir verdad, no viste para nada mal en esta ocasión, rapidamente me acerco a su lado mientras llevo mis manos a la correa del maletín que cargo y ella se percata que estoy ahí.
-Parece que veremos mucho suéter estampado este año.
Concuerdo con Tina mostrándole una orgullosa sonrisa sin dejar de caminar por los pasillos de McKinley, mi sonrisa se desvanece al instante cuando me estrello fuertemente contra los lockers gracias a Karofsky, quien siguió su camino como si nada.
-¿Estás bien?
-Sí. Estoy bien- respondo sin despegar la vista de Karofsky, cada vez me siento menos seguro aquí.
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No tengo ganas de nada, nuevamente consiguió lo que quería. De mala gana pasamos al salon de coro, donde solo nosotros faltabamos.
-Bien chicos, empecemos ya. Primero saludemos en su vuelta a Noah Puckerman.
Tina y yo nos sentamos justo al fondo del salón y la conversación se extiende un tanto hablando acerca del maravilloso tiempo que pasó Noah en la correccional, realmente no pongo la remota atención en lo que están diciendo.
-Y ahora… tambores Finn- el chico tamborilea alguno de sus libros por unos momentos para crear tensión en el ambiente- porque tengo en mis manos nuestra competencia para las eliminatorias del mes que viene- todos aplauden haciendo bulla- primero, el coro de la escuela de varones de Westerville: De Dalton Academy; The Warblers.
-Okay, eso me inspira miles de chistes sobre gays- Santana abre la boca- hablando de gays, ¿cómo le va a tu hermano con su nuevo Club?- su risa diabólica inunda y ladeo la cabeza hacia ella mirandola mal.
Carson no es gay, algo menos en común.
Debaten la lista por un rato, nada interesante. Chicos contra chicas no es, para nada, un reto para el Club, mucho menos para mí cuando estoy obligado a estar en el equipo de chicos, Mr. Schue es exactamente como todas las personas en este colegio, incluso cuando dice no serlo.
El idiota de Karofsky vuelve a atacarme en los pasillos al empujarme contra los casilleros pero en esta ocasión exploto al contestarle y mantenemos una pelea acerca de su cero creatividad al llamar “La Furia” a su puño, por lo que termino amenazado y doblemente golpeado. Es imposible lidiar con esto, nadie le pone un alto y dudo mucho que lo hagan en algun momento, es injusto tener que soportarlo y no tener otra opción.
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El reto de la semana cambia después de hablar con Mr. Schuester de como nadie detiene el bullying en este colegio y gracias a que me revelé ante él confesando que sus tareas son tanto aburridas como repetitivas y no me siento retado en lo abslouto por ellas. Por primera vez en el día ocurre algo emocionante.
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Nuevo día, las cosas aparentemente mejoraron aquí. Carson está aplastado a medio sofá con lapiz y papel en mano, como de costumbre, esperando a que Finn terminé de alistarse por completo. Vuelvo rápidamente a mi habitación por mi bow tie negro y lo acomodo a los costados de mi cuello sin atarlo, solo como vista.
¿Listos chicos?- pregunta Burt poniendose la gorra azul marino sobre la cabeza- los espero afuera, y Kurt, no tardes- me señala desafiante antes de desaparecer por la puerta.
Alzo los brazos a la altura de los hombros y luego los dejo caer, indignadamente volteo a ver a Carole quien solo me sonríe dulcemente.
-¿Alguien podría decirle que siempre soy el primero en salir? Le conseguiré unos lentes, claramente ya no ve bien- hablo con obviedad abriendo considerablemente los ojos.
- En eso no se equivoca- miro con incredibilidad a Carson, debe ser un truco- Finn se toma más tiempo que la mismísima Lady Hummel- alarga el apellido por unos segundos y la risa burlona no se hace esperar.
Bien, eso suena más a un Carson Phillips que sigue molesto conmigo. Es gracioso como yo ocupo el Hummel y él siempre el Phillips, ni eso queremos compartir, bueno, él no quiere. Carson abandona el sillón y tomamos las mochilas al mismo tiempo mirandonos con extrañeza, hay cosas que no podemos evitar, como estar sincronizados.
-¿Qué hacen aquí? Es tarde, vámonos- ordena Finn como si nosotros no estuvieramos listos en lo que pasa como torbellino por la casa no sin antes darle un beso de buenos días a su madre. Salimos de prisa, Finn lleva una galleta en la boca y pelea con su suéter para ponérselo mientras yo sostengo su enorme mochila con tal de que se apresure.
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Amigo, ¿por qué no haces algo útil......y pones un poco de veneno para ratas en la gelatina de los viejos tipos ... o visitas a los Garglers?- comenta Puckerman con cinismo refiriéndose a la competencia.
- Los Warblers- corrijo con frustración sin dejar de agitar mi apuntador.
-Como sea. Mira que están haciendo. Y puedes usar todas las plumas que quieras. Pasarás desapercibido.
-Está bien- me reservo los comentarios y las discusiones sabiendo que no tienen caso alguno y salgo de ahí resignado.
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Bajo las escaleras de caracol abriendome paso entre los alumnos de Dalton Academy, el bullicio es casi tan enorme como este lugar y luce como si todos tuvieran alguna prisa, ¿Estarán regalando algo? Porque si no no comprendo.
Ignoro hasta que punto esto fue una buena idea, es decir, Puck fue la mente maestra en este plan… plan que debí repasar antes de realmente venir a pararme en territorio enemigo.
Otro punto en mi contra es que no conozco el colegio. Demonios, debí buscar imágenes de las instalaciones al menos por Google, para la próxima haré eso primero, ja, como si fuera a haber próxima. Estoy seguro que me matarán a golpes cuando descubran que estoy aquí para espiarlos.
Bajo otro par de escalones al mismo tiempo que decido quitarme las gafas oscuras de sol que llevaba puestas, busco con la mirada a quién preguntarle en dónde están los Warblers pero nadie se ve de confianza, ni deberían Kurt, son la competencia. Apenas me vean notarán que no soy de aquí, no por mi uniforme improvisado -y con muy buen estilo por cierto- si no porque no me veo para nada como alguien de Westerville.
Pasan unos cuantos chicos pero no logro llamar su atención, hasta que veo de espaldas a un chico más bajito, de piel un tanto morena y de cabello tremendamente oscuro y un tanto ondulado, quizá a él pueda preguntarle.
Antes de poder siquiera abrir la boca, mi telefono vibra dentro del bolsillo de mi pantalón, logro sacarlo después de forcejear por un momento y lo pego a mi oído al mismo tiempo que recuerdo de inmediato al chico que ví, pero cuando levanto la mirada para hablarle, no está.
Perdí mi oportunidad de oro gracias a Carson.
-¿QUÉ?-contesto casi gritando, llevo mi mano a la cintura y muevo impacientemente el pie contra el suelo, de pronto el lugar está completamente solitario.
-Dice Burt que si quieres que pidamos pizza o hamburguesas- si tuviera a Carson enfrente lo golpearía sin pensarlo- ¿y bien?- insiste y por el tono de su voz, sé que ya no está enojado conmigo. El problema es que ahora yo estoy furioso con él.
-Pizza- sentencio colgando la llamada.
Resoplo fuertemente observando el sitio vacío, supongo que será en otra ocasión. Doy la vuelta para salir por donde vine, giro un poco la cabeza para darle un último vistazo al colegio y me dispongo a caminar a la salida. Por algún motivo me llevo una extraña sensación de ese lugar conmigo, como si dejara u olvidara algo en el.
No debe ser nada.

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Espero les guste el primer capítulo.

Struck by HummelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora