He's Breathing

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Felicity caminaba por un sendero desconocido e inhabitado. La tierra se levantaba por cada paso que daba y no podía evitar rascarse la nariz, gesto que Roy una vez le dijo que era adorable. Perdida y desorientada, la rubia seguía caminando mientras buscaba respuestas. ¿Qué hacía allí? o mejor dicho, ¿Qué era ese lugar?

Pero Felicity no sabía que eso era lo menos relevante de la situación, y, que cuando lo viera, olvidaría todas esas preguntas que al final del día le parecerían bobas.

Luego de avanzar unos cuantos metros, se encontró con un solitario árbol, sin hojas ni color alguno. Detrás de este, se hallaba una especie de laguna con un fuerte e intenso color verde.

-No -se reprimió Felicity- . No es una laguna, es un pozo.

La chica se desvío del camino marcado y se apoyó en el árbol, mientras observaba con verdadera curiosidad aquel pozo.

Hundida en sus pensamientos, no percibió el sonido de las pisadas del experimentado arquero. Éste le tomó el hombro a Felicity y ella, asustada, se giró.

-Sé que tendras muchas preguntas en este momento, pero... -Oliver fue cortado por el abrazo que le depósito Felicity. La rubia ni siquiera se paró para observar al que creía muerto. Estaba tan feliz, tan contenta, tan llena de amor y alegría que no quería escuchar nada que no fuera el corazón de Oliver latir.

Siete de la mañana con treinta minutos, la alarma sonaba y Felicity estaba atónita. Aquel sueño le pareció tan real que estaba segura de que el olor de Oliver todavía estaba impregnado en su ropa. Se miró las manos, buscando algún rastro que le recordara a ese árbol, a esa foza, a Oliver...

Se levantó de la cama, con un dolor en el pecho.

¿Acaso Oliver todavía estaba allá fuera?

oOoOoOoOo

-Avanza por Elliot Street y luego dobla por el primer callejón a la izquierda. ¡Rápido, Roy!

Felicity tecleaba rápidamente tratando de no perder el rastro de Jonah Beinstock, autor de múltiples asesinatos que han sido efectuados estas últimas semanas en Starling City. Desde los seis meses que Arrow ha estado ausente, los criminales dejaron de lado su miedo y volvieron a hacerle la vida imposible a la Policía. Por suerte de la ciudad, Roy Harper y John Diggle seguían cumpliendo su promesa de proteger a la ciudad y honrar a Oliver.

Felicity no estaba completamente sumergida en el juego. Esa mañana había pensado tanto en Oliver que el dolor de cabeza no tardó en llegar,con aspirinas no bastaba. La visita de Barry y su más reciente sueño tenían su cabeza ocupada y frágil.

-Felicity, ¿Estás segura de que es el lugar? -la jóven voz de Roy, apodado por Oliver "Arsenal", la sobresaltó.

La rubia revisó su computadora y asintió, pero luego recordó que Roy no se encontraba allí para verla.

-Sip -pronunció esta vez, clara y firme.

-No veo nada... -y su voz se cortó. Felicity sujetó su teléfono de manos libres mientras se lamía el labio inferior.

-¿Roy? -preguntó ella sin obtener respuesta alguna-. ¿Roy, estás ahí?- repitió.

-Estoy bien. Tranquila -Felicity cerró los ojos y se relajó sobre su asiento. Suspiró.

-¿Puedes verlo? A Jonah, quiero decir -preguntó la rubia.

Felicity pudo escuchar como Roy murmuraba con una tercera persona, probablemente Diggle. No se entendía exactamente el tema de conversación, pero ella no era estúpida, sabía que algo estaba ocurriendo.

Flecha Perdida || OlicityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora