He's Gone

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—Felicity, deberías dormir un rato.

Desde que Oliver se marchó a uno de los viajes más peligrosos de su vida, Felicity no podía ni siquiera pestañear.

Se la pasaba viendo el alrededor de la llamada "Cueva", que era en realidad solo el sótano de la reconocida discoteca Verdant. Le gustaba recordar los momentos que había pasado junto a Oliver, su Oliver. Todas las peleas, los abrazos y las palabras de motivación. Él tenía que volver.

—No puedo, Diggle. Tú tampoco puedes. A Roy casi tuvimos que amarrarlo para que se quedara quieto y no rompiera todo lo que veía.

Diggle se sentó en la mesa y miró a Felicity, tratando de darle apoyo.

—El va a volver —susurró él.

Felicity negó con la cabeza.

—John —la rubia solo se atrevía a llamarlo por su nombre cuando pasaban por momentos críticos— Han pasado tres días, ¡Tres días! Un duelo no dura tres días.

Cerró los ojos y reprimió una lágrima. No quería recordar los buenos momentos junto a Oliver Queen, su ex jefe, ahora su amigo. Incluso podría decirse que eran algo más. En los corazones de ambos, ellos eran mucho más.

"No me pidas que te diga que no te amo"

Deseaba tanto que Oliver le hubiera negado que la amaba, por el bien de ambos. Felicity no soportaba recordar ese beso en el hospital ni tampoco en el que sus labios se posaron cuidadosamente en su frente. No podía seguir viviendo tranquilamente con la culpa de no haberle dicho al hombre que amaba como se sentía.

El ruido de los pasos de Roy la sacó de sus pensamientos.

—El... —empezó el jóven arquero. Felicity y Diggle ya sabían como terminaba esa oración, se la sabían de memoria.

—No —interrumpió Felicity—. No, Roy. Oliver no ha regresado —con el alma en los pies y las lágrimas en los ojos pronunció lo siguiente—. Tal vez nunca lo haga.

Cerró los ojos un segundo, con el arrepentimiento en el corazón. Pero luego se dió cuenta de que era lo mejor.

No tenía que seguir dándole esperanzas al pequeño chico que era Roy. Tenía que dejar de darle esperanzas a su corazón, a su propio corazón.

Felicity dejó de pensar en su reencuentro con Oliver, y también dejo de pensar en como reaccionaría la ciudad por la ausencia de Arrow. Ya no más.

Ahora pensaría en el momento en que decidió que lo ayudaría a ser el Vigilante de Starling City. También recordaría su suave piel cuando la rescató en las minas de la Isla Lian Yu. En el momento en el que sorprendió a Isabel y a él en su habitación de hotel, en Rusia. En lo celosa que estaba de Sara Lance, y de su hermana, Laurel, por obtener la atención de Oliver. Pensaría en como él mató para salvarla. En como le dijo que siempre sería su chica. El momento en el que le dijo que la amaba, pero era todo parte de un plan. El momento en el que le dijo que de verdad la amaba, y la rubia se quedó helada. Todas las charlas, las despedidas y los abrazos. Ella ya no viviría de ilusiones, viviría de recuerdos.

Juntó todos esos momentos y los guardó en su corazón. Miró a Roy y a Diggle por última vez y subió por las escaleras, saliendo del sótano.

Oliver no iba a volver.

Flecha Perdida || OlicityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora