Y deje todo, y a decir verdad no deje nada, ¿que es lo que se deja cuando no se tiene nada? deje mis entrenamientos, el tenis, mis sueños, mi familia, si la que pudo haber sido mi familia... Y me vine a inglaterra, me vine a encerrarme en cuatro paredes de una habitación , vine a ahogarme en alcohol para perder la conciencia la mayor parte de los días, hace meses que ya no reconozco la noche de los días, hace meses que no veo nada ni siquiera el sol, eh llegado a creer que ya no quiero vivir, no quiero ver a nadie, ni siquiera a mis hermanos que muy de ves en cuando vienen, quiero ahogarme en la bañera o tomarme mil pastillas pero soy cobarde, o demasiado valiente para matarme de poco en poco, tal ves debería salir en busca de cosas que me hagan perder la conciencia, tal vez...
Y así lo hice y después de mucho tiempo volví a poner los pies en la calle solo para conseguir algunas drogas, y lo hice, lo hice y lo hice por días y días, semanas y meses me volví una adicta solitaria en busca de nada y paso el tiempo y así ya casi dos años estaba ya hecha pedazos pesaba 10 kilos menos pues casi nunca comía era un cadáver una muerta en vida, y lo único que me volvía un poco las emociones era conducir a cientos de kilómetros por hora, esa era mi terapia, lo cierto es que había algo que me mantenía colgada a la vida y aferrada a no renunciar a ella y aunque no sabia específicamente que era a veces me gustaba inyectarse adrenalina para alimentarme lo aferrada y no perderme en mis pensamientos que a menudo sentía que me devoraban la vida y me incitaban a apagarla, todo era muy inestable aveces entraba en crisis y no salia a asomar ni las narices, esas crisis duraban poco y otras demasiado y me llego una, una que me absorbió por completo, una inmensa que sentí no me podía apagar con nada, una que me venció... Era un día lluvioso y en mi cabeza la idea del fin no dejaba de dar vueltas y vueltas estaba nerviosa así que tome las llaves de mi auto y salí por carretera a toda velocidad no sabia ni a donde me dirigía maneje por horas y horas hasta que me llego la noche y mi decisión ya estaba tomada debía regresar a casa y ponerle fin a todo pero el valor me fallaba así que me detuve en un bar a orilla de la carretera... Entre a aquel bar y era un lugar extraño pero me parecía como si ya hubiera estado ahí antes... Y fue ahí de un segundo a segundo el tiempo volteo mi rostro y del frío mas penetrante jamas sentido me sentí envuelta en llamas como si la cara del mundo hubiese girado y ahora me observara con una sonrisa, era la noche la noche de mi fin cuando tal ves comience mi todo.
Hoola...-me miraban unos enormes ojos verdes o azules o tal ves de todos los colores no sabia como describirlos y solo observaba sin poder emitir no una palabra así que ella siguió hablando
-¿te comieron la lengua los ratones?.- con la sonrisa mas hermosa que haya recordado jamas pero no conseguí hablar estaba paralizada ella siguió hablando
-mi nombre es Olivia.- extendió se mano y extendí la mía mas en modo automático ella siguió
-¿Cual es tu nombre?
-Helena... .- dije nerviosamente
-Que buen nombre... bien Helena porque esa cara tan triste?
-ommm yo bueno, no acostumbro hablar esa clase de cosas con personas desconocidas... .- seguí tomando mi wisky
- oh ya veo pues estudie medicina pero no ejerzo tengo 27 años y vivo en liverpool, soy Piscis nací un 10 de marzo y prefiero el vodka al wisky así que la próxima copa yo la invito, bueno ya no soy tan desconocida puedes contarme ahora.-sonrio con picardía
-Es una historia muy larga te aburriré...
-Hay una tormenta ahí afuera así que tenemos toda la noche.- ahhh suspire... Y comencé a hablar me escuchaba con tanta atención como jamas alguien lo había hecho no despegaba su mirada de mi y en un momento lejos de parecerme incomodo me inspiraba la mas grande confianza me sentía hipnotizada y perdida hablamos por horas y bebimos demasiado yo mas que ella y al terminar de contarlo todo ella solo se quedo callada me miro con firmeza y me dijo *Cree en el destino, la gente vive lo que tiene que vivir y hoy estas aquí!.- sonrió y me dijo anda te llevo a casa no puedes manejar en ese estado salimos del bar le indique donde estaba mi coche y le di mi dirección estábamos bastante lejos pero ella manejo paciente...
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Peces Extraños
RomansSi las razones se agotan, que seria capaz de llenarlo todo si no es el amor. La historia de Helena, ¿y quien es Helena?