EL CASTILLO

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Las puertas del castillo se cerraron una vez más, poniendo toda clase de seguros, barreras, alambres y púas para no dejar a nadie entrar.

Las puertas se cerraron una vez más dejando a fuera a cualquier cantidad de gente que realmente se preocupaba por aquella niña pequeña que gritaba en el interior.

Las puertas cerradas, las ventanas bloqueadas, incluso las murallas parecieran haber crecido en altura y grosor, todo el mundo se quedó afuera atónito por la abrupta encarcelación.

Todo el mundo desde afuera escucha el llanto sutil de la pequeña con rizos de oro que se quedó atrapada dentro de aquel tortuoso castillo, todo el mundo guarda silencio y se hace uno con el sufrir de aquella pobre criatura.

Sin embargo nadie hace un movimiento, todos se quedan mirando el castillo, pensando en cuando podrá ser abierto de nuevo.

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