Antes.

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Inspirado en un mini cómic de: 

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Siempre creyó que lo tomaban de idiota las personas, seguramente por lo ingenuo y fácil que resultaba hacerle creer lo contrario. Así era siempre, un continuo desenfreno en el que no tenía control absoluto de las situaciones. Cuando menos creía, terminaba en algún maldito problema con las personas, en específico, sus parejas. ¿Qué decir? Tendía a ser muy suave con todos, y no por falta de pelotas, simplemente trataba de evitar los problemas.

Pero los problemas lo seguían, de forma inevitable.

"¿Qué hizo qué?" Su ceño se frunció, uniendo sus delgadas y negras cejas, mientras se formaban dos líneas de la ira que cargaba encima. Apretó con su mano el celular, aun manteniéndolo en su oreja, y creyendo escuchar el crack de la pantalla. Su otra mano arrugaba su blusa.

"Eso. La vi con un tipo"

"Tal vez era su primo" Trataba, siempre, de pensar lo mejor de las personas.

"Dudo que sea de las que besan a sus primos de esa forma" Bien, Tucker nunca fue un mentiroso, pero su tono jocoso lo molestaba. ¡Lo habían engañado! Le vieron la cara de estúpido... Otra vez. ¿Por qué su suerte era tan mala? ¿Cuántas parejas ya llevaba en ese año y todas por infidelidades? Estaba realmente frustrado, su suerte era mala, malísima.

"O sea que me engañó" Mordió el interior de su labio. Se sentía furioso, pero más que por un sentimiento fuerte hacia su, ahora, ex novia; era porque, ¡de nuevo! Le vieron la cara y le pusieron el cuerno. ¿Qué carajos tenía para tener que atraer a infieles?

"Eso te decía, hermano" Lo escuchó suspirar, tal vez porque, al igual que Sam, y todos en el maldito planeta, sabían que Danny tenía esa suerte. No es que fuese algo negativo, tampoco deseaba estar más tiempo con una chica que se miraba más al espejo que Narciso. "¿Qué vas a hacer?"

¿Qué iba a hacer? No sabía. Siempre lloraba mientras veía series y comía algún tipo de chatarra que parecía acumularse en sus muslos, porque seguía igual de delgado. Pero hacerlo significaba volver a ese círculo vicioso en el que salía con alguien, lo engañaba, e iba a ver series hasta que alguien más le pidiera salir, y como siempre fue así de fácil en la vida, aprovechando que a sus veinte por fin levantaba algo, además de polvo; salía con quien se pasaba por su camino.

"¿Pues sabes qué haré al respecto? Me voy a tirar al primero que se me cruce" La tusa lo estaba dominando. Tomó de su escritorio su chaqueta, y, sin dejar el teléfono, comenzó a ponérsela.

"¿Hombre o mujer?" Tucker sabía que Danny no discriminaba en cuanto a género.

"¿Eso importa? Hombre o mujer. Me acostaré con el primero que encuentre"

Por otro lado, y sin saberlo, Daniel se estaba condenando a sí mismo al decir esas palabras frente a una cámara de seguridad que nadie había notado, disfrazada en la esquina de la pared. El dueño de aquel artefacto, Vlad Masters, acababa de escuchar a la perfección la conversación de Danny, y su mente simplemente manipuló aquello a su antojo, viendo, por fin, la oportunidad de acostarse con ese dulce niño. 

Cuidado con lo que dices. |Vlad x Danny|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora