Luzubowl Year 2020 Versión Karmaland

XVI Surf/Vida Fitness: Luzurex

Ya habian pasado cinco años desde que Luzu y Willy habian concretado su relación. Desde el primer mes, ya estaban empezando en viajar juntos. Los dos amaban el mar y era el primer indicio de lo que querían estar.

A pesar de que se conocían hace mucho tiempo, habian perdido el contacto y volvieron a encontrarse. Cosa que le sirvió de mucho.

—Wilfred ¿estás aquí? —Luzu entró a su habitación.

—Si, cariño. Estaba revisando a donde    viajar. Estaba pensando en Hawai ¿Qué te parece?

—Lo que tu escojas, estoy bien —dijo Luzu dulcemente.

—Pero yo quiero tu opinión... —dijo Willy, haciendo un puchero.

—y la tienes, honey. Mi opinión es la tuya —dijo Luzu, acariciandole el cabello al albino.

—...esta bien —Willy le besó su mejilla.

—Entonces... ¿Hawai te gusta? —le preguntó Luzu.

—¡Si! Mira es que podemos ir a surfear y ver el volcán Diamond Head ¿no te parece fabuloso?

—¡Claro que si, Wilfredito! Contigo todo es mejor —dijo Luzu.

Los pasajes habían sido comprado y mañana empezaría su viaje. Luzu y Willy decidieron ver una película antes de irse a dormir. Las maletas estaban hechas desde el punto en que los pasajes fueron comprados.

Al siguiente día, Luzu era el primero en despertar. Miró el despertador 7:20 am,   el vuelo saldría a las 9:00 am.

Luzu aprovechó el momento para contemplar a Willy, era un hombre hermoso como los de Dioses. Su rostro era muy suave como algodón, sus facciones relajadas de su rostro le daban paz y se sentía muy afortunado de tenerle. No entendía como alguien como Willy pudo fijarse en él.

—Willy, cariño —susurró al oído ajeno—Hora de ir al aeropuerto, hoy viajamos.

Los ojos de Willy se empezaron a abrirse con cuidado y lo que más amaba era que su primera imagen sea su amado, Luzu.

—Jamás me cansaré de despertar a tu lado —sonrió Willy.

El viaje sería corto, probablemente de dos días pero lo suficiente para que ellos descansen y disfruten de su amor. Willy y Luzu ya estaban en el aeropuerto, registraron sus maletas y subieron al avión.

Luego de largas horas de viaje, los tortolos ya habían llegado. Después de dejar las maletas en el hotel, salieron a dar un paseo por Hawái. Conociendo todo a su alrededor, Luzu había comprado una cámara y empezó a tomarles fotos a Willy.

—Ven, Luzu. Tomate las fotos conmigo —arrastró a Luzu y tomó la foto antes de que pudiera negarse.

—Vamos a surfear, Wilfredito —señaló el mar.

El mar estaba increíble, las olas estaban buenísimas y el día estaba soleado. Los dos fueron por sus tablas de surf y Luzu se adelantó para empezar a nadar.

Por su parte, Willy se quedó en la arena. Luzu se merecía lo mejor y se le veía feliz.

—Mereces el mundo y aún no te has dado cuenta —murmuró Willy, mirándole a lo lejos.

Luzu estaba feliz— ¡Willy! Está increíble el mar, tío.

—Lo sé, lucias muy feliz surfeando —sonrió Willy.

—Gracias por el viaje —Luzu le abrazó con ternura.

—Gracias a ti por hacerlo posible, Luzu.