Perfect|HopeGa

Parte 7

A la mañana siguiente estaban en una rutina cómoda, como si llevaran años viviendo juntos. Yoongi les preparó el desayuno mientras Hoseok se duchaba, luego de alimentarse juntos, el profesor tomo una ducha rápida. Al vestirse, tomo prestada la ropa interior del dueño de casa ignorando que posiblemente costaban más que su sueldo de un mes y uso la misma ropa del día anterior, era domingo e imaginaba que Hoseok querría descansar así que se preparó para salir. Se sorprendió al ser recibido por un grito femenino en cuanto entró a la sala de estar.

--Oh por Dios. –La mujer corrió hasta él tomándolo de las manos. –Tienes una piel preciosa, con razón ese imbécil se fijó en ti.

Yoongi no entendía una mierda, realmente no lo hacía. Miró a Hoseok pidiéndole ayuda, luego reparó en que SeokJin estaba observando todo con una sonrisa en su rostro.

--Yongsun, ¿Quieres calmarte y dejarlo respirar? –Hoseok se acercó y los separó suavemente. –Además, ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo siquiera saben dónde vivo?

--Jamás vuelvas a emborracharte conmigo. –Respondió SeokJin encogiéndose de hombros y sonriendo.

Rodando los ojos, el amo se dirigió al sofá sentándose y arrastrando consigo al profesor quien se había tornado tímido. Retorcía sus manos con nerviosismo y no podía mantener la mirada de ninguno. De fondo escuchaba a Yongsun decir algo sobre la boda y lo perfecto que seria que Yoongi fuera mientras SeokJin asentía y agregaba algunas ideas. Tomó las manos del sumiso instándolo a mirarlo, preguntándole con la mirada que sucedía. La pareja dejó de hablar al notar que no les estaban prestando atención y que Yoongi estaba realmente pálido.

--Soy terrible conociendo gente nueva. –Contestó el profesor en un susurro. –Odio hacerlo, tengo una especie de fobia que puedo controlar cuando son mis estudiantes, pero en este momento siento que...

--Yoongi. –Hoseok lo interrumpió. –Respira, Yongsun puede ser abrumadora, --los dos escucharon un oye luego de eso, --pero es buena chica una vez que la conoces, si te sientes mal solo díselo ella entenderá.

Tratando de respirar y calmarse, Yoongi asintió lentamente antes de volver su mirada a los amigos de Hoseok. SeokJin lo miraba curioso, imaginaba que jamás había visto a alguien que reaccionara como él, se sonrojó por eso. Por otro lado, Yongsun tenia una sonrisa en el rostro mientras le daba una mirada tierna.

--Ustedes son absolutamente adorables. –Yongsun dio saltitos en el sofá frente a ellos. –No te preocupes por nosotros, solo somos los amigos. Si te quiere para él nada lo hará cambiar de opinión, ni siquiera nosotros.

--Yongsun. –Hoseok parecía mortificado.

--No estoy diciendo mentiras. –Se justificó la mujer con una sonrisa maliciosa. –En fin, quiero conocer su historia.

Hoseok se encargó de llevar toda la conversación, le contó como se conocieron, los encuentros con su madre, causando una mueca en el bonito rostro de Yongsun, cambió el tema sutilmente cuando mencionó a Namjoon, diciéndole que él era el jefe de la mejor bar tender y que esperaban que pudiera trabajar en la despedida de solteros y la boda. Logrando de manera efectiva que se olvidara de ellos y comenzara a soñar despierta respecto a las cosas de su día especial. Estuvo un rato hablando de las cosas que quería para los dos días, SeokJin le sonreía y le decía que esas cosas ya las habían conseguido que no había que preocuparse, hasta que ella se detuvo de manera abrupta.

--Sabes tocar el piano. –Fijó sus ojos en Yoongi, quien simplemente asintió sin entender que sucedía. –Has caído del cielo, lo juro. Llevo buscando un pianista desde hace mucho. Quiero que alguien toque una canción para nosotros como nuestro primer baile juntos. No quiero que sea el típico vals, ¿Crees que podrías hacerlo? Sé que no nos conoces de nada, y que bueno esto puede ser abusivo de mi parte, pero...

--Lo haré. –Respondió Yoongi sintiendo el sonrojo en sus mejillas. –Amo la música, y estaré encantado de tocar la canción que quieras para tu primer baile de casada.

--Tienes que quedártelo. –Gritó emocionada mientras corría a abrazarlo. Luego mirándolo a los ojos le dijo. –Eres el mejor, de verdad.

En ese momento Yoongi sintió una calidez inexplicable en el pecho, estas personas que no conocía de nada lo trataban como si fueran los amigos más cercanos, dándole la confianza para abrirse a ellos. Se sintió parte de algo, así como cuando conoció a Namjoon y a Jimin, sentía que podría decir que serían amigos en un futuro cercano.

El resto del día pasó rápidamente entre conversaciones incomodas y las ideas de la boda que surgían en el momento, cuando ya era cerca de la hora de cenar la pareja se excusó diciendo que tenían una cena con los padres de ambos, se fueron después de intercambiar números y la promesa de Yongsun de llamarlo para que pudieran hablar sobre la canción.

Despues de eso, se sentó en el sofá de Hoseok tratando de asimilar todo. El día, aunque calmado en el sentido de no salir de la casa, estuvo lleno de emociones. Sintió vergüenza al recordar su pequeño colapso cuando vio a la pareja. Luego sonrió al recordar como lo habían aceptado sin miramientos y no lo presionaron en ningún momento a hablar sobre él o integrarse a la conversación. Cosas que a Namjoon y Jimin les tomó tiempo de entender, ellos lo hicieron instintivamente. No juzgaba a sus amigos, cuando lo presionaban querían lo mejor para él, incluso lo hacían muchas veces porque sabían que era la única manera de que reaccionara y con la emoción desbordada les dijera algo. Pero recibir el trato que Yongsun y SeokJin le dieron durante el día se sintió bien.

--¿En que piensas? –Hoseok se sentó a su lado.

--En lo bien que se llevaría Yongsun con Jimin. –No era mentira, ósea si lo era porque no estaba pensando en eso, pero era cierto que esos dos se llevarían extremadamente bien. –Y que me trataron como si me conocieran de toda la vida. –Agregó antes de arrepentirse.

--Son un poco molestos, pero así son. –Hoseok recostó la cabeza en el sofá cerrando los ojos. –Cuando los conocí en la universidad eran exactamente igual, les funciona esa actitud para hacer sentir cómodos a los demás.

--Me gustan. –Admitió en un susurro. –Te hacen sonreír.

En ese momento Hoseok abrió los ojos, y los fijó en Yoongi. Realmente había notado que cuando estaba con sus mejores amigos podía ser él mismo sin temer a ser juzgado. Con la mirada fija en el profesor, notó como empezó a removerse nervioso y desvió la mirada. Se sintió mal por colocarlo en ese estado. –Lo siento. –Dijo después de un tiempo. –Es solo que no creí que fuera tan notorio mi cambio de actitud.

--No es que lo sea. –Yoongi frunció el ceño buscando las palabras para expresar lo que pensaba. –Es solo que, bueno te comportaste diferente en la academia, todo profesional. Igual en el club tu actitud era diferente, no parecías el CEO de alguna empresa, tu aura de dominante te rodea. Pero con ellos aquí no eras ni lo uno ni lo otro, estabas relajado.

--¿Así esperas que crea que no es notorio? –Sonrió por la explicación.

--Es que, ugh. –Yoongi se removió incómodo. –Digamos que te he observado lo suficiente como para reconocer ciertas actitudes. –Al encontrarse con la ceja enarcada del contrario, Yoongi bufó. –Esta bien y que Namjoon y Jimin hablaran sobre ti ayudó un poco.

Luego de eso se sumieron en un cómodo silencio, estuvieron sentados lado a lado sin hablar por lo que parecieron horas, realmente fueron solo unos pocos minutos antes de que Yoongi entrara en pánico porque al día siguiente debía trabajar. Con una sonrisa en el rostro Hoseok lo llevó hasta su casa, siguió las indicaciones para encontrar el camino. Cuando se detuvieron frente al lugar de residencia del bajito, se sentaron unos segundos en silencio, temiendo decir algo que rompiera la magia en la que habían estado sumergidos todo el día.

--Gracias por traerme. –Susurró Yoongi.

--Cuando quieras. –Respondió Hoseok.

Ambos salieron del auto, el primero con las llaves listas para abrir la puerta. El segundo solo lo hizo para asegurarse de que entrara bien. Con una ultima sonrisa Yoongi entró en su apartamento, lo ultimo que vio antes de cerrar la puerta fue a Hoseok entrando en su auto.

La sonrisa no lo abandonó ni siquiera al dormirse.