Los días transcurrieron normalmente, como ya es costumbre en la sencilla vida de Kim Taehyung. Solo hay algo, un pequeño factor que ha cambiado desde aquel jueves de hace tres semanas.
Bien, quizá hace mal juzgando a las personas por su apariencia. Pero en realidad no lo hace, es un poco más complicado que eso.
Los tatuajes, ropa demasiado oscura, perforaciones. Ese tipo de cosas en la gente, lo... ¿Asustan? ¿Intimidan?
Abruman. No tiene una explicación sensata, solo es de esa forma. Su cuerpo se tensa y le pone nervioso tratar con quienes mantengan ese estilo. Quizá sea porque su propia apariencia contrasta demasiado. A Taehyung le gustan los colores pastel, y los adornos en el cuello o cabello, un look otoñal y cálido.
Tiene estudiantes que mantienen esa imagen gótica, en realidad el 80% son así, pero jamás se ha visto afectado por ello, ni les ha tratado de forma distinta a los demás, le resulta totalmente indiferente la manera en la que vistan.
Son las personas desconocidas, más que nada.
Gente como Jungkook.
Aunque no es lo mismo.
Porque Jungkook no solo llama la atención por su extravagante estilo, siendo su personalidad otro punto fuerte del que es poseedor, actitud que Taehyung solo vio de lejos sin interés, más desconfiado en el hecho de que el muchacho vistiera siempre de negro.
Sin embargo, durante las seis clases después de que Jungkook le hiciera el favor de afilar su cuchillo, comprobó de cerca que, entre ambos, Taehyung es el sarcástico, y a veces rudo. Jungkook es amable, y atento.
Taehyung aprecia mucho el que lo trate tan agradable a pesar de sus largos silencios, o cuando no tiene algo que contestar cuando el pelinegro intenta animar la conversación. Es paciente, y lo aprecia.
Aunque esa... tensión, en su cuerpo, siga manifestándose cada vez que Jungkook le dirige la palabra, no permitiéndole abrirse más hacia él, ni sonreírle tan naturalmente como el otro hace.
Y si es franco, Taehyung se ha obligado bastante a no ignorarlo, pues sigue avergonzado de haberlo acusado aquella vez.
Ahora mismo se encuentran en la hora del descanso, en una enorme terraza de sillas y mesas fabricadas con piedra dura. Taehyung siempre se sienta cerca de la orilla, amando la vista de ahí arriba. Está solo, como es usual, llevándose una fresa a la boca de vez en cuando, concentrado en el cuaderno que lleva en las manos.
Está armando ideas para una coreografía, por pedido de Jimin, quien sigue cancelado indefinidamente de su vida. Si está colaborando es porque conoce a sus alumnos y sabe que tanto trabajo le vendría muy pesado al mayor.
Levanta la vista un momento, topándose con la espalda de Jungkook a unas mesas adelante. El chico está charlando con una pareja de esposos, luciendo como un niño, y a Taehyung le parece tierno imaginárselo de esa forma.
Quizá si su estilo no le intimidara tanto, podrían llegar a ser amigos.
Vuelve la cabeza abajo, despejando su mente.
Cuando vuelven adentro, Taehyung se coloca su delantal con tranquilidad, frunciendo los labios poquito pues siempre le cuesta amarrarlo en su espalda. Jungkook llega poco después, poniéndose el suyo.
"¿Comiste bien, Taehyung-ssi?" Inquiere, como se ha vuelto costumbre.
El castaño asiente, sabiendo que el otro lo observa.
"¿Y tú?"
"Excelente."
Taehyung vuelve a asentir, no diciendo algo más. Es agradable ya no tener que sentirse incómodo con la presencia del pálido, ahora que sabe que no tiene nada que pueda hacerle perder la paciencia. No comparten muchas palabras, pero lo poco que se dicen es suficiente para saber que entre ambos no existe ningún conflicto.
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Knife | KookTae
FanfictionHay dos cosas que Kim Taehyung no disfruta. Cocinar, y los góticos. Dichoso es su futuro cuando a causa de su madre, termina asistiendo a clases culinarias, y obteniendo como compañero de estación a un extraño chico que siempre viste de negro. «Tu...