Lunes, lunes, lunes.
¡Ya es lunes!
Jungkook se ha vuelto estúpido, y lo reconoce con orgullo, porque llegar media hora antes a las clases por querer que ya empiecen, es algo que su yo-coherente no haría. Está en la terraza, que da al estacionamiento y parte de la calle, viendo llegar poco a poco a sus compañeros.
Y se muerde el labio para no sonreír cuando el auto blanco de Taehyung se adentra por el portón, dirigiéndose a su sitio. No puede ver dentro del vehículo desde ahí, pero siempre ha pensado que Taehyung conduce un auto muy bonito y elegante, que siempre está limpio.
Justo como su dueño.
Mismo que sale entonces, y una vez fuera, flexiona el cuerpo de una manera en la que solo su cabeza y torso están dentro del auto, como si quisiera alcanzar algo del asiento del copiloto.
A Jungkook le toma algo de resistencia no bajar la mirada más allá de su espalda, porque no quiere ser irrespetuoso, incluso si aquel redondito y firme trasero de tamaño admirable, casi le pide con luces neón que le preste la atención merecida.
Taehyung extrae su bolso, y bloquea su vehículo, caminando con calma hacia la entrada.
Así es su aura, serena y dura, preciosa. Como todo en Kim Taehyung. El pelinegro, y todos en ese curso son conscientes de que la belleza del castaño resulta exótica y atrayente. Su forma de vestir solo es un factor que le añade más marca y elegancia a su bonita figura.
El día de hoy está usando una simple camisa blanca de botones, de tela tan fina como para considerarse transparente, metida dentro de sus jeans ajustados negros, moldeándose de manera cautivante a su cintura. En el cuello viste un bonito pañuelo negro con detalles, y sus rizos castaños caen pulcramente a los costados de su rostro.
Taehyung varía mucho a la hora de vestirse. A veces usa ropa ajustada, después llega con prendas demasiado grandes para su cuerpo, y siempre lleva algún accesorio resaltante, como boinas, sombreros o sencillos pendientes, y en la mano lleva hermosos anillos que acostumbra quitarse para cocinar.
Y a Jungkook le gusta. Le gusta como a un hombre puede llegar a gustarle otro hombre.
**
Las ensaladas son difíciles, pero entran en sus capacidades.
Porque habiendo terminado la suya, que no esta tan mal si quitamos el hecho de que decidió no ponerle ningún condimento para no arruinarla, Taehyung se dedica a lavar las cosas que utilizó para hacerla.
Esa ensalada es un consuelo por todos los otros platillos que hizo durante el día. En las clases, a veces se concentran en una sola comida, otros días preparan varias, y Taehyung odia tener que regresar a casa con sus recipientes de plástico llenos de basura.
Aunque la ensalada se ve bien, podría llevarla de almuerzo a la universidad al día siguiente y pedirle a Jimin que termine de condimentarla. O enviarle una foto a su madre como prueba de que es un superviviente totalmente autónomo.
Mientras la guarda en su cajita con estampados de pastelitos, tararea contento cuando Jungkook la adula.
"Es lo mejor que he hecho en tres meses." Murmura, de buen humor.
"Me alegra verte contento." Dice, terminando la suya. "Espero que el lugar a donde vamos te ponga aún más feliz."
Oh.
Taehyung se congela.
Otro bello defecto que lo compone como ser humano. Su memoria no es muy buena para ciertas cosas. No suele recordar nombres, recetas, o fechas. Y es menos eficiente cuando se trata de cosas a las que no está acostumbrado.
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Knife | KookTae
FanfictionHay dos cosas que Kim Taehyung no disfruta. Cocinar, y los góticos. Dichoso es su futuro cuando a causa de su madre, termina asistiendo a clases culinarias, y obteniendo como compañero de estación a un extraño chico que siempre viste de negro. «Tu...