Narro Yo
Los hermanos llegaron a Berk y todo estaba tranquilo, los dragones jugaban con los niños, algunos vikingos y Asgardianos estaban entrenando y los chicos vieron como Estoico, Valka y Elin estaban jugando con sus nietos
Hipo: nuestro pueblo esta seguro
Hiper: tenias razón, creo que me preocupo demasiado
Los hermanos aterrizaron cerca de un acantilado mirando a su gente y en eso un Nader verde se acerca a ellos siendo montado por Engla
Hipo: Engla, Cortavientos como están?
Engla: muy bien, los abuelos de los chicos se ocuparon de ellos y aprobechamos de revisar los alrededores de la isla y fuera de unos Pesadillas que estaban peleando no a habido ningún otro inconveniente
Hipo: me alegra saberlo, lo ves hermana?, nada de que preocuparse
Engla: cierto, han habido 10 años de paz y ningún problema se a precentado, que podria pasar?
De repente vieron que Eructo y Guacara se estrellaron cerca de ellos y los gemelos se veían muy asustados, al instante supieron que pasaba algo muy malo para aterrar así a un par de cabezas de carnero amantes de la destrucción y los desastres
Tacio (aterrado): Hipo, Hiper por favor perdónenos pero hicimos algo muy malo
Hiper: lastimaron a un dragón?
Gemelos T: no
Hipo: revivieron a un muerto?
Gemelos T: no
Gemelos H: liberaron a un antiguo pero poderoso monstruo?
Gemelos T: si
Tacio: como lo supieron?
Hipo: era lo único que les faltaba
Hipo, Hiper y Engla: como fue que paso?
Flashback
Narra Brutacio
Con mi hermana salimos a volar un rato para alejarnos de los regaños de Astrid y con nuestro volamos por un largo rato, tanto que perdimos la noción del tiempo, nos comenzó a dar hambre cuando llegamos a una isla muy oscura y húmeda, aunque fuera medio día el cielo estaba completamente negro
Tacio: que es este lugar?
Tilda: si no sabes tu yo menos
Exploramos ese lugar que mas bien parecía un pantano, de repente de la nada apareció una anciana que parecía una vieja loca
Anciana: aléjense de aquí, si dan un paso mas liberaran una fuerza destructiva tan grande que nada en este mundo la podrá detener
Tacio: nos convenció con la destrucción madam