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Kakashi volvía de una misión junto al equipo 7. Los revoltosos chicos llevaban todo el camino de regreso a Konoha preguntándole si tenía novia o le interesaba alguna chica.
–Ya díganos Kakashi-sensei – insistían sus estudiantes. – ¿tiene novia?
– No se lo diremos a nadie, de veras.
– Debe haber alguien que le interese – insistían el trío de revoltosos. – no nos puede dejar con la duda Kakashi-sensei.
– Ese tema no es de su incumbencia. – fue lo único que respondió el peliplata dejando con la duda a un rubio hiperactivo, un inexpresivo sasuke, y a una chica cabeza de chicle.
Y mientras sus estudiantes lo seguían hostigaban con sus incesantes preguntas, Kakashi pensaba en Natsumi, hace 2 semanas que no la veía, la semana antes de su misión, no había ido a su casa a prepararle dulces o jugar con su cabello mientras él leía sus infaltables libros, tampoco se la había encontrado caminando por la aldea, y habían caminado juntos mientras la pelinaranja le contaba chistes malos y no dejaba de hablar.
La extrañaba, extrañaba sus pequeños saltitos cada vez que caminaba, extrañaba sus manos en su cabello mientras él le decía que era molesta, extrañaba que se preocupara por él cada vez que llegaba de un misión, extrañaba las cosas que siempre le cocinaba,extrañaba todo de Natsumi, aunque muchas veces le decía que lo irritaba o le pedía que dejara de hacerlas, amaba todo lo que ella hacía, porque ella era quien lo hacía y él amaba a Natsumi.
El resto del camino Kakashi solo pensó en que iría a la casa de la linda pelinaranja que había estado en sus pensamientos todo el día, pensaba en comer sus dorayakis, pensaba en que leería mientras ella acariciaba su cabello, pensaba en el abrazo con el que siempre lo recibía.
Y con esos pensamientos se dirigió a la casa de Natsumi, pero nada de lo que pensó, no hubo abrazo, no hubo dorayakis, ni manos en jugando con su cabello, no había nada.
Kakashi no entendía lo que pasaba, cuando abrió la puerta de la casa de la pelinaranja, no la encontró, no encontró sus cosas, la casa estaba vacía, no estaban los coloridos cuadros que decoraban sus paredes, ni los muebles que alguna vez ayudo a Natsumi a llevar a su casa, totalmente vacía.
«Quizás se cambió de casa.» pensó el peliplata.
Salió de la casa y empezó a caminar por la aldea, se encontró con Kurenai, ella debía saber donde estaba Natsumi, eran muy amigas.
– ¡Kurenai! – la llamó.
– Oh, hola Kakashi.
– Hola, me preguntaba si sabes en donde está Natsumi. – preguntaba sonriente.
– ¿No lo sabes? – preguntó un confusa Kurenai. – tuvo que regresar a su clan, su padre murió.
– ¿Qué?
Kakashi estaba en shock, Natsumi se había ido de Konoha, ¿por qué no se lo había dicho?.
Recordó la última vez que la vio, no estaba tan sonriente como usualmente estaba, ni tampoco lo fastidio tanto.
"Kakashi leía un libro mientras sentía que su novia lo observaba, sintió que la chica a su lado susurró algo, pero no le puso atención, el libro estaba en su mejor parte y no podía dejar de leer.
– Me voy a casa. – Kakashi no le dio importancia y se despidió de ella como usualmente hacía.
– Está bien, cuídate."
Kakashi se arrepintió, quizás si le hubiera puesto más atención, hubiera descubierto que le sucedía. Pero no lo hizo, el no podía volver el tiempo y enmendar sus errores, solo le quedaba lamentarse.
