Capítulo 5:

19 2 0
                                    

27.5.2015

-¿Disculpa?

Giré muy lentamente, pero seguro, una vez que mi cuerpo cambie de dirección 180º no había vuelta atrás, ansioso por escuchar de nuevo su voz, pensé en lo familiar que me era su personalidad ¿Por qué me era familiar?.Cuando pude por fin observar su rostro más detenidamente, me di cuenta de que tenía un modelo frente a mis narices, tremenda silueta, piel morena, ojos café, cejas pobladas, labios finos pero marcados, cabello ondeado, mandíbula delicadamente delgada. No podía sentirme más intimidado, tenía tan definida su posición que empezé a dudar de la mía ¿Era yo la víctima?.Después de tanto titubear lo único que mis labios pronunciaron fue:

-¿Te conozco?

-Oh, no, pero yo a ti si

Noté su desesperación por hablar conmigo cuando dejó escapar una sonrisa..., era perfecta, dientes frontales dos milímetros más grandes que los demás, caninos de vampiro, un solo matíz, completamente marfíl, le dije:

-¿Cuál es tu nombre?

-Celeste

-¿Por qué dices conocerme?

-¡Dalila me contó tanto de ti!

-¡¿Perdón?!

-Oh, por lo que veo no te ha contado de mi, suerte con eso

-¡Espera!

Salió corriendo, por más que lo intenté no pude igualar su paso.Ahora más que nunca tenía preguntas impacientes de respuestas.Inmediatamente recordé el sospechoso comportamiento Dalila cuando le pedí que me dejara quién se encontraba a mis espaldas. Salí corriendo al salón de química, en donde se suponía debería estar ¡No la encontraba por ningún lado! ¿Por qué me estaba evitando?¿Cuanto sabe Celeste de mi?, el recreo la pasé solo, totalmente solo, triste, desesperado, preocupado.Esa misma tarde escribí en la cabaña, era inquietante pensar que talvez la podría perder para siempre, pero...¿Qué hice?¿Por qué estoy involucrado?¿Desde cuando se conocen?¿La está evitando a ella también?.Entonces decidí ir a la playa a meditar un poco.De pronto la ví allí en la arena, abrazando sus piernas a la altura de media canilla, soyozando regalándole lágrimas al viento, sufriendo desesperadamente, nunca la había visto llorar, se veía muy tierna, vulnerable, había dejado de ser una roca, sus escudos se habían desbaratado, y se había vuelto una esponga, suave, penetrable, delicada.Sumergió su rostro entre sus rodillas y siguió dejando que sus ojos miraran al suelo, estaba realmente mal,¿Por donde debía comenzar? Recordé todas y cada una de las veces en las que ella me protegió, así que me acerqué despacio pero firme, sabía lo que debía hacer, me paré frente a ella, su mirada empezó a escanearme desde los pies hasta la cabeza y sin tan solo decir una palabra, me arrodillé y ella también, dejamos que nuestros muslos se tocaran con nuestros lagartillos, la abrazé muy fuertemente y la dejé llorar en mi hombro, ¿Qué sucede?, empezé a sentir una sensación cálida y relajante en mi pelvis ¡Maldita sea!, entonces Dalila empezó a separarse de mi cuerpo y no se por qué, mis instintos me obligaron a juntarla de nuevo, esta vez más fuerte; ella dejó de llorar y yo tomé su lugar, mis lágrimas empezaron a brotar instantáneamente y sentía que el bulto en mi entrepierna saldría de mi cuerpo en cualquier momento, estaba seguro de que ella ya lo había notado, sin embargo nunca dijimos una sola palabra, no sabía cómo sentirme¿Cómo me debía sentir? ¿triste?¿excitado? ¿Feliz por que se sentía mejor?o ¿Preocupado por que a ella no le molestaba?.Esta era la primera vez que mi cuerpo se expresaba de esta manera, siempre pensé que Blanca provocaría esa reacción en mi, pero me equivoqué ¿Estaba enamorado? o ¿Era solo un gusto de un rato?

Escuché una voz femenina haciendole coro a mis sollozos y luego unos pasos muy apresurados, pero no me importó, por que no era ella, y... al menos en ese momento ella era mi prioridad, ni si quiera yo era importante...

Solo en mi pensamiento...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora