Capítulo 3

2.8K 354 69
                                    

_Ow- Sonrió Hoseok, mirando al pequeño bulto escondido en la manta, entre los brazos de SooJeon- Pero qué cosita tan linda.
_Linda, y gritona también- Se rió la propia madre- Y enojona.

El karma iba a tragársela por burlarse de su propio hijo, no tenía remedio.

_Es un recién nacido, no hay mucho más que pueda hacer. Pero por suerte, sus pulmones no están muy fuertes ahora y no llora con tanta fuerza.

La verdad, el niño casi no se movía. Él sólo estaba recostado boca abajo ahí, con los ojos entrecerrados.

Su madre lo despertaba cada tres horas para darle de comer.

Ella no había hecho más que mirarle con adoración y acariciarle la espalda.

Pero el bebé siempre tenía el ceño fruncido y no se inmutaba. Incluso peleaba bajito dormido. Era una masita.

Habían pasado casi veinticuatro horas desde que el príncipe llegó al mundo, y, ni rastros de su padre.

Al menos no para SooJeon.

Jungkook estaba en el pueblo ya, y cabalgaba a toda velocidad al castillo.

Él iba a pasar al menos dos horas dándole besos a la pancita de su mujer, y susurrando ñoñerías allí. Adoraba hablar con su cachorro.

Siempre que le decía “Hola”, al abultado vientre, SooJeon le decía que, si le contestaba, había que llamar a un cura.

Jeon subía las escaleras, directo a la habitación de su mujer.

No importaba cuántos criados intentaban informarle sobre la situación, él corrió a su cuarto.

Incluso Jimin tuvo ganas de matarle, por no escucharle.

Jungkook abrió la puerta.

_SooJe- Casi se tragó la lengua al fijarse en que, ella ya no tenía el vientre abultado. Sin embargo, tenía un pequeño bulto de sábanas entre los brazos.

La muchacha se sorprendió y sus ojos brillaron entonces.

Había pensado en formarle un drama digno de telenovela, pero ahora que lo veía, que estaba justo ahí, delante de ella, las ganas de enojarse se le fueron a los pies, y se alegró más que nada.

_¡Jungkook!- Exclamó y le hizo una seña para que se acercara- Mira, ven- Puchereó, mirando al bebé bostezar.

El niño, que tenía los ojos totalmente cerrados, los abrió, en cuanto sintió la presencia de su padre.

Y, oh, él presentaba heterocromía.

Uno de sus ojos era oscuro, casi negro,
y el otro era color miel, muy claro.

Jungkook miraba atontado al cachorro.

_Es... Es... ¿Nuestro? ¿Cuándo...?

Jungkook no sabía qué pregunta hacer primero.

_Sí, es nuestro. Nació ayer- Sonrió la muchacha.

El pequeño príncipe frunció el ceño y miró al alfa, con su disparejos ojitos bien abiertos.

Volvió a bostezar, e hizo un pequeño  sonido, mimado.

_No... No me puedo creer que de verdad sea mi hijo. Él... Es la cosa movediza e inquieta que estaba ahí dentro...- Susurró, señalando al vientre de su mujer, todavía sin reaccionar correctamente.

Ella no lo culpaba.

Había tenido que estarlo viendo por casi tres horas, para convencerse de que había hecho una cosita tan perfecta.

Mi Rey «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora