El sol vuelve a salir...

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~Reborn~

Bien dicen que la vida da muchas sorpresas, pero después de perder a toda mi familia dudaba mucho de que fuera verdad...

Desde mi niñez quise trabajar en CNP, admiraba a mi padre quien era un inspector. Al tener 17 años estaban reclutando y no dude ni un segundo en presentarme, siendo uno de los mejores, pero por mi edad empecé con multas de tráfico. Ahí fue donde conocí a la mujer perfecta, era hermosa, aunque nunca estacionaba bien su vehículo, ocasionando qué nos viéramos seguido. Un día simplemente la invite a salir y descubrí que a pesar de verse más joven que yo era tres años mayor, algunas citas después, formalizamos nuestra relación.

En el trabajo fui algo así como un chico prodigio, escale posiciones muy rápidamente, llegando al punto de ser un subinspector. Al poder sostenerme económicamente, me fui a vivir a una casa pequeña, donde invite a mi ahora novia Julia a vivir conmigo y aceptando gustosa. Tenía tan solo 20 cuando Julia quedó embarazada, estábamos realmente asustados, nos  estábamos cuidando pero hasta las pastillas del día siguiente tiene un porcentaje de falla y para nuestra suerte ahí entro Julia. Después de hablarlo lo aceptamos, nuestras familias se enteraron y aunque en un principio nos regañaron terminaron por emocionarse más que nosotros, realmente fui feliz en ese tiempo...

Pero todo se esfumó.

Julia había salido a comprarle un regalo a su madre... cuando empezó un tiroteo, una maldita bala perdida, eso basto para que todo se acabará. A pesar de que los paramédicos llegaron no lograron salvarla, tampoco a los bebés, al parecer eran gemelos, a los cuáles nunca lograría conocer. Me lo quitaron todo y con ello se fue parte de mi humanidad.

Busque hasta por debajo de las piedras, todos y cada uno de esos bastardos lo pagarían. Mis manos se mancharon de sangre tantas veces, hasta lograr desmantelar esa maldita asociación de mierda, los cuales ninguno sobrevivió gracias a mi. Eso me hizo ganarme mi ascenso a comisario, sin embargo eso para mí no era nada. Me sentía vacío, ¿Tan malo fui en mi otra vida como para merecer esto?

Los años pasaron, visitaba seguido a mi familia, llorandole a una lápida fría. Mi padre básicamente me rogaba que tomara vacaciones, pero siempre me negaba, como hacerlo si había bastardos afuera que merecían morir, yo era el verdugo, que castigaría a todo aquel que hiciera daño. Sin embargo, hay personas de más alto rango que veían eso mal, decía que necesitaba más control, que ese era mi único impedimento a ser superintendente. Esos capullos que sabrán...

Después de seis años me obligaron a dejar la estación un mes, por suerte cuando estaba buscando mis cosas, ví un comunicado, al parecer en algún lugar llamado karmaland tenía un busca y captura, y por supuesto que lo iba a tomar.

Llegando ahí me encontre con un lugar pequeño a comparación de los santos, tranquilo y pacífico. Me sorprendía que hubiera un busca y captura. Al llegar a comisaría fui al tanto de la situación y por la historia estaba seguro de que el chico solo huía del compromiso aún así tome la información correspondiente.

Cuando pensaba que había perdido el tiempo lo ví. Era igual al de la foto, pero a la vez diferente. Un chico que a simple vista se veía como un niño perdido y desorientado que en cualquier momento rompería en llanto. Tenía unas ojeras marcadas y ojos ligeramente irritados, suponiendo que había llorado, se veía más pálido lo cual me sorprendió, usaba ropa un poco más grande de lo que debería y al estar cerca un ligero olor a fresas me invadio, era dulce pero no me disgusto.

Le hable y no parecía querer salir de sus pensamientos, así que no tuve otra opción más que elevar mi voz

-Mariconetti te estoy hablando ¿Eres luzu si o no?
-¿Qué?... Oh sí, sí disculpa.
- Relájate capullo, solo quiero hacerte unas preguntás.

~Karma~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora