Q u a t r e

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Es realmente complicado pensar cuando algo del exterior te aturde los sentidos.

Más si es un buen miembro que se ha instalado dentro de tus cavidades del tirón, y no te hace daño no, pero podrías colapsar del susto. Sustos que dan gusto.

En esta situación uno se deja llevar o lucha para zafarse de las garras de la persona que tiene encima para pensar mejor que en su caso es... ¿Su Superintendente?

Horacio intenta analizar lo que está pasando ahora mismo. Había quedado con una persona para hacer cosas indebidas y resulta que era Jack Conway.

.... cómo?

Ese pelo gris oscuro, los ojos canela, su barba poco poblada y piel tostada eran inconfundibles, pero el hecho de que él fuera la persona que había quedado para hacer esto era imposible. Nunca lo haría ¿verdad? No estaba interesado en eso, y llegaba a recordar las veces en las que Conway se había negado en banda a las personas que se le habían ofrecido.

Algo no andaba bien... no solo lo decía porque era insual en él, si no por como se comportaba ahora mismo.

En primer plano de la vista de Horacio, se veía desde abajo la cara desfigurada de una persona muy muy enfadada. Respirando ferozmente, incluso salivando, (saliva que caía en su propio abdomen) abriendo y cerrando su boca para una mejor entrada del aire. En ningún segundo los músculos de la cara se habían dejado de tensar, el ceño estaba muy fruncido y su mirada, de ojos inyectados en sangre era la de una... Una puta bestia.

Si cualquier animal fuese mirado de esta manera correría, correría lejos y sin mirar atrás, las personas gritarían, algunas se traumarían, pero todas intentarían esconderse bajo tierra para no estar en el campo de visión de esta amenaza mundial.

Y Horacio estaba. Justo debajo.

Ante esto, para la mente de Horacio era inetivable reaccionar. El miedo le hace estremecer las paredes de su recto, apretando la figura que se encontraba dentro de esta.

Horacio no sabe si será lo más listo pero necesita saber si es la persona que cree que es, así que decide hablar, aunque tenga mucho miedo:

-S-super...?- un hilo débil, agudo y tembloroso de voz asalta a los oídos de Conway.

El sujeto sentía mucha calor, mucha adrenalina; cada nervio de su cuerpo vibraba, sus músculos seguían tensados. Se había liberado de la estúpida trampa y ahora mismo sentía el poder, el CONTROL. Lo que le pertenecía.
Y la prueba era la reacción del que estaba debajo.
Podía admirar su mirada de desconcierto, pupilas contraidas, ojos acristalados, cejas arqueadas. Se observaba el sudor de su frente y el brillo de su torso, y un poco más abajo como subía su diafragma y se vaciaban sus pulmones.

Nota una presión en su miembro, y el tímido sonido proveniente del hombre.

Esa palabra recubierta de ansia, ansia que había provocado ÉL. Toda la arrogancia del crestas de antes se había desvanecido, consiguió que se intimidara en cuestión de segundos.
Fué fácil pero satisfactorio. Sin embargo, no estaba lo suficientemente derrotado.
¿Como se atrevía a apretarse? Fuera de que fuese involuntario o no, esto le molestaba, y no dudaría en aprovechar cada fallo para hundirlo más.

Así era Jack Conway. Cuando cogía alguien, como un lobo rabioso con su presa, no lo soltaba, lo zarandeaba, lo estampaba, lo mordía y luego lo devoraba. La diferencia con The Cleaner era que, él lo hacía lentamente, acaparaba a la persona completamente, hasta que solo pudiera verse él en sus ojos. Era un posesivo inmundo, un tipo extremadamente sádico, y un egoísta. Toda la mierda contraria a la empatía era él.

B•E•S•T•I•A -Jacktaciabo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora