P arte 3. No s0y yo.

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Suaves digitos se paseaban sobre el bosque de raíces teñidas, embadurnados por un líquido viscoso, que extraían en circulados movimientos cualquier suciedad que hubiese.

-Te estás quedando dormido, Horacio...- la voz ronca desapareció en un susurro muy cercano a su oído, provocando un cosquilleo en su vientre.

El masaje pasó a sus orejas, cuales tenían varias marcas de mordiscos leves y piercings.

-Mhnm...- respondió soñoliento notando como los dedos se resbalaban por su cuello limpiando moratones y mordiscos más profundos. Inconscientemente elevó su barbilla para exponer más piel de aquella parte dejándose llevar por tales "inocentes" caricias.

Su tacto ardía por las heridas, pero eso no importaba para Horacio, pocas veces había recibido esa gentileza ni por Conway y menos se esperaba de TheCleaner.

Las razones de TheCleaner de hacerlo tampoco le importaban.

Porque Horacio,

dejó de pensar.

No había confusión, no había una presión en su pecho.
Ahora solo quedaba el placer y el dolor físico que le producía TheCleaner.
Si había hecho algo bien=Placer.
Algo mal= Dolor.

Era eso todo lo que tenía que entender.

Derrepente las caricias bajaron por sus pechos, concentrándose en los enrojecidos pezones.

-Anm..!- giró su cara al rostro del mayor, mirándole un poco sorprendido, estaba siendo demasiado suave como si.. justo como si lo...

-¿Qué, te gusta? - hizo una media sonrisa que pretendía ser arrogante,pero también contenía un tono gentil, como si estuviera satisfaciendo a su amada mujer.

El peliblanco no pudo aguantarse y unió nerviosamente sus labios, en pequeños picos, para darle a entender que le estaba gustando mucho.

Jack no se esperaba aquello, porque el menor casi nunca tomaba la iniciativa.

-Eh- Si, m-mee gusta-

Conmovido, Jack le da un beso largo mientras sigue acariciando esa zona en círculos, ahí es cuando nota como unos ojos azules le apuñalan desde el otro extremo de la bañera.

¿Estaba enfadado? No... Celoso.
Se le escapa una mirada divertida al ver la mueca de Gustabo, y este aprieta los dientes en respuesta.

Para chincharlo, hace un baile con sus manos deslizandolas por la espalda, volviendo por la cintura baja lentamente, ganándose unos pequeños gemidos al pasar por aquella sensible parte, bordeando el principio de los glúteos cuáles estaban sumergidos en agua y bajando por su ombligo.

Los jadeos cortan el beso con el elegante hombre, y este llega a observar el lascivo rostro, unos ojos llenos de lujuria, unas mejillas sonrojadas al igual que sus carnosos labios por el beso apasionado de antes, todo por él.

Antes de que su bulto en los pantalones se vuelva más prominente, sigue en el proceso de limpiar al chaval.

Deja caer un chorreón de gel en sus abdominales , causando que arquee su espalda por el frío. Rápidamente lo extiende, haciendo espuma con sus manos en aquel vientre mientras se deleita con los deliciosos soniditos que salen de su boca.

B•E•S•T•I•A -Jacktaciabo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora