¡KIAI!

El

Parte 1/4
El día de mañana voy a desear que seas un sueño, así no correré el riesgo de amarte.
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Despertó de golpe, sus ojos se abrieron sin razón y la oscuridad de sus sueños se disperso bajo las cortinas de la realidad.

El primer pensamiento consciente que surgió en la joven mente de Eren fue que aún quería dormir, sus ojos escocieron por la luz de la habitación y supo que necesitaba al menos dos horas más de sueño para durar el día.

Voltea el rostro intentando rehuir de la luz del cielo que le fuerza a cerrar los ojos, no puede mantenerlos abiertos porque le arden como si estuvieran apuntándole con una lupa, planeo entonces que los cerraría permanentemente y volvería a soñar.
Sin embargo antes de poder llevar a cabo su plan se vio reflejado en un gran espejo que forra toda la extensión de la pared al otro lado de la cama, tomó un momento para admirarse; tan cómodo acostado sobre su abdomen con el cabello despeinado, pensando en eso debe cortarlo porque si lo sigue dejando crecer van a echa....., y entonces antes de poder seguir su mente formó un seco:

¿Qué?

Y es porque aunque a Eren le gustaría tener un espejo de ese tamaño, definitivamente no lo tiene.

Eso le dio una patada a su conciencia que despertó tan perdida como él, y colocando el peso en sus codos intento levantar el pecho del colchón. —¡Ay! —Soltó cuando un dolor en los costados de su torso le atacó. —¿Qué carajo?

Intento sentarse en la cama dando una vuelta, pero un dolor más potente le hizo pensárselo mejor y lentamente, muy lentamente se incorporo como un gato tirando sus glúteos hacia atrás hasta quedar arrodillado.

Hizo una mueca por el dolor en sus extremidades, la sensación era muy similar a cuando se excedía con el ejercicio o cargaba mal alguna barra, pero tiene semanas que no asiste al Karate y como medio año de no ir al gimnasio a tonificar. Además de que el dolor en sus caderas se siente interno.

Esos pensamientos apenas tuvieron tiempo de escenario en su mente, pasaron a ser menos que extras cuando seriamente se asusto al ver a su alrededor y no reconocer nada.
Miró a todos lados, es una habitación bastante simple de paredes blancas y pocos muebles, desconocida, con una televisión frente a la cama, una ventana en la pared izquierda y otro espejo en la esquina en dirección a la cama. Todo muy "minimalista" por nombrarlo de alguna manera.

Se recorrió al filo de la cama intentando ignorar el punzante dolor en su cuerpo, miró uno de sus zapatos perdido sobre la alfombra, se levantó y sufriendo se inclino a recoger el zapato negro.

Entonces lo vio.
Y sus ojos se abrieron con impresión.
Estaba intentando volver a la cama tomando impulso de la base cuando miró hacia arriba.

Lo entendió todo en ese momento.

Adherido en el techo de la habitación, sobre su castaña cabeza de cabellos revueltos; otro gran espejo reflejaba la cama y las sábanas de donde antes había salido, blancas como nubes congeladas.

Sus labios se separaron, busco pruebas y las encontró, miró primero la clave de WiFi sobre el único mueble en la habitación, luego justo a un lado un teléfono con un papel pegado que daba las indicaciones para llamar a recepción.

Esta en un motel.

Y no en cualquiera, Eren sabe que se trata de "El diamante" Y lo sabe porque ya estuvo en ese lugar con anterioridad, su acompañante de entonces no había parado de comentar que era el único motel en la ciudad con espejos en los techos de las habitaciones, saltando de la emoción de que pagará una de esas costosas habitaciones.