Llevar

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Disculpen las faltas de ortografía
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  Mañana me gustarás aún más.
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Subió al auto de Levi, un Jeep negro muy limpio y con un olor refrescante en el interior. Recuerda haber enviado un mensaje a Isabel diciéndole que un amigo del lugar le llevaría a su departamento. Del camino al motel no recuerda mucho aparte de la conversación con Isabel que insistía en ir por él, a propósito ¿cómo hizo para convencerla? Ah sí, le dijo que era Levi, pero aparte de eso no recuerda más, probablemente porque fue rápido, no había tráfico y Levi conducía con prisa.

Siendo sinceros no sabía que irían a un motel pero no se molesto cuando se dio cuenta, inclusive puede decir que le emociono escucharle pedir una habitación con esa voz suya.

Ser arrastrado a la habitación de un motel por un hombre fue diferente a ser arrastrado por alguna de sus ex novias (que eran con las únicas con las que había ido a un motel con anterioridad), Levi fue apasionado en cada momento, parecía hambriento y fugaz.

Estacionaron frente a la habitación y se bajaron del auto, Eren camino inseguro hacia él, cuando estuvo cerca de la puerta el azabache tiro de su muñeca y le acorralo contra ella, tiro de sus caderas hacia atrás e introdujo la llave a la vez que se mecía suavemente contra su cuerpo.
La llave tintineaba en el interior.
Eren suspiro y retuvo el aire, que sensación tan nueva, nunca en su vida le habían restregado un miembro. Y no mentira, le gustó la sensación del bulto dentro de esos pantalones meciéndose contra sus glúteos, tiro sus caderas hacia atrás queriendo sentirlo con más fuerza.

En ese momento considero seriamente ser bisexual porque estaba ansioso por ver dentro de esos pantalones, demasiado ansioso.

Mientras sentía el bulto del pelinegro detrás de él golpetear contra sus glúteos se cuestiono si de verdad estaba por hacerlo con un hombre. No lo tenia claro, no se había parado a pensar con seriedad. Igualmente antes de poder hablarlo o hacer al menos algún comentario, Levi ya le había metido dentro de la habitación y estampado contra la pared.

Lo sintió tocar algo a su costado, unas pequeñas luces azules en el techo se encendieron, pero apenas se esforzaban por iluminar la habitación, una de sus manos empujó la puerta, Eren seguía atento cada uno de sus movimientos. 

Él estaba besándole cuando le empujo hacia arriba de los glúteos y le incitó a brincar enredando sus piernas sobre sus caderas. Eren aún contra la pared le hizo caso a sus toques y salto sobre su cadera un poco inseguro, se sorprendió de no verlo siquiera tambalear, de la sencillez con la que le hizo rebotar y acomodarse mejor.

—¿No soy pesado? – susurro sintiéndose apenado.

Hacia más de una década desde que nadie le cargaba, la última persona había sido su padre un día de playa luego de que se quedara dormido. 
Levi le miró hacia arriba, beso su barbilla y contra su cuello le respondió:
—Lo contrario.

Sus palabras contaron menos que sus acciones.
El azabache camino por la habitación con una de sus manos sosteniéndolo de los glúteos y la otra en su cadera, Eren se aferro a su cuello temiendo caer.

Que cosa más extraña, estaba aferrado a él sintiéndose de pronto tan cómodo.
Divertido y lindo era una muy descabellada situación, no pudo evitar soltar unas cuantas risas que inundaron la habitación.

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