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"Hay personas que no se superan"
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.“¡¿Qué?!”
El grito de Isabel resonando en sus oídos, Eren apenas pudo precisar un seco: “Qué” muy diferente al de ella.
Se congeló. Isabel grita en su oído preguntas y más preguntas, Eren apenas consigue escuchar su voz, se encuentra cubierto por una gruesa capa de hielo y no puede seguir el hilo de sus palabras.
Sus ojos siguen encontrados con los de él, está claro que le está viendo. Eren no consigue salir de la impresión.
El azabache se mueve, recarga su espalda en el marco de la puerta y cruza sus brazos sobre la camisa interior blanca, el pantalón negro del dojo sobre atado sobre su cintura. Eren piensa que solo le falta un trago en la mano y podría estar tranquilamente en la playa tomando el sol.
Pero no está en ninguna playa, si no en una habitación de motel que huele a sexo y donde la mañana parece perezosa, el sol que entra por las cortinas se siente pesado y asfixiante.
“¡Eren!
¡¿Me estas escuchando?!
¡Respóndeme!”
“¡EREN!”
Con ese último grito de su hermana el hielo se rompe y consigue hablar. —Te llamaré luego Isabel. —dice, su voz suena seca, de pronto tiene mucha sed.
Eren cuelga el teléfono, cuanto quisiera dejar su cabeza gacha con la mirada en la pantalla del celular y de esa manera caminar hasta la puerta.
Ahora tenía todos esos recuerdos en su mente repitiéndose como una grabación cegadora. Y muy lejos había quedado aquella desvergüenza de la noche, ahora estaba deseando ser consumido por la tierra y escupido en su departamento. Que maravilloso sería eso.
Levi se movió hacia él. Eren se hizo hacia atrás sujetando sus pantalones, casi que temblando de nervios. La situación le sobrepasaba por mucho. El azabache paso a su lado y se dejó caer en la cama con sus manos detrás de la espalda, el peso de su torso cayendo sobre sus codos.
—Hola, Eren. Buenos días. —comenzó con voz despreocupada, claramente él no estaba pasando por un colapso.
“Quizá está acostumbrado.” — pensó — “Quizá hace esto todo el tiempo.” “Yo no, yo nunca he hecho algo así.”
Y es que siendo lo más sincero posible admite nunca haber estado en una situación similar, jamás tuvo sexo con un desconocido y tampoco terminaba siquiera de comprender si las personas lo hacían realmente o si solo ocurría en las películas.
Claro que sabía que en las fiestas algunos follaban (algunos de sus amigos en época de preparatoria lo habían hecho) pero al final de la noche cada quien para su casa, y quién sabe si se volverían a ver. Aun así Eren nunca lo practico, lo máximo que llego a hacer en una fiesta fue a besarse con alguna extraña, pero además de eso nada. Sus únicas experiencias sexuales habían ocurrido con sus parejas formales.
Así que llegados a ese punto Eren no tenía idea de que hacer.
—Hola, Levi. Buenos días. —contesto como programado por una computadora.
Cayó en cuenta de que aún tenía la mano izquierda en sus pantalones cuando intento agitar su mano en un saludo, se sintió estúpido pensando en como debía verse, con los pantalones a medio subir y su cabello tan despeinado como lo vio en el espejo.

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¡KIAI!
Fiksi PenggemarEren odia el Karate y no quiere volver a clases, pero quizá quiere ver a Levi otra vez. One-shot dividido en cuatro partes. Historia riren. Disclaimer: Todos los personajes mencionados en el siguiente escrito pertenecen a Hajime Isayama.