Malabares De Un Caballero

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—¿Por qué corres todos los días? ¿No te cansas?

—Tú solo eres un perezoso. Descargo energía y puedo aclarar ideas.

—Vas pensando cómo hacerle la vida imposible a tus trabajadores, seguramente.

—Sólo pienso cómo carajos librarme de mi ex.

—No me bloqueaste en tus redes sociales y ese es el primer paso.

—Deja de ver tantas novelas mexicanas y tik toks mi amor, que eso come tus neuronas.

—Elena ¿de qué hablas? —bebé jugó. —Debo admitir que las novelas mexicanas son muy buenas. Me recomendaron una turca...

—Y yo te recomiendo una que se llama "Debo ir a trabajar"

—Uhh ¿Y esa está en Netflix?

—No, en la empresa.

—Agg eres una aburrida Elena. Nunca conseguirás un esposo.

—Eso no lo sabes.

—Mejor para mi, debo casarme contigo y quedarme con tu fortuna.

—Eres un idiota. —bate sus pestañas y me tira un beso al aire.

—Te llevaré al trabajo. Luego debo hablar con tu secretaria.

—Oye, ten cuidado con ella.

—Tranquila cariño, mis ojos son tuyos.

—Eso no fue nada gracioso.

—Te espero en el auto malcriada.

Ruedo los ojos, me voy a mi habitación y me doy una ducha. Decido por un vestido ajustado al cuerpo de color blanco, mis zapatos negros y mi bleizer negro. Bajo las escaleras, tomó mi bolso y salgo rumbo al auto.

Abre la puerta de copiloto y me tira un beso. Cualquiera pensaría que está loco por mi pero no, es un completo payaso, siempre hace bromas y todo... Por eso continuamos hablando, él sabe todo de mi y no me ha juzgado. Siempre me apoya, me ayuda y sé que no está muy contento pero sabe lo importante que es buscar la justicia para mis padres.

—Vamos rumbo al infierno... Perdón quise decir la empresa. —rio y comienza a conducir en dirección a la empresa.

Cuando llegamos veo a Manuel salir de su auto, debo acostumbrarme a verlo y fingir una estúpida sonrisa de niña enamorada.

—Yo me iré adelantando y tú ve por tu presa.

—Está bien.

Manuel me espera en la entrada, sonrío y me acerco para saludarlo con un beso en la mejilla.

—Buen día.

—Buen día Manuel.

—¿Cómo estás Elena?

—Bien ¿Y tú?

—Muy bien.

Sonríe y yo imitó su acción, caminamos hasta la puerta y él deja que pase primero, no es algo especial para mí, cualquier hombre que quiere llevarte a la cama hará todos los malabares de un caballero. Caminamos juntos hasta el ascensor, por suerte no somos los únicos en él ya que la señora Luisa nos acompaña.

El sonido de las puertas del ascensor suenan indicando que llegamos a nuestro piso. Manuel deja que ambas salgamos para después hacerlo él. En la puerta de mi oficina veo a mi secretaria que no demuestra un poco de disimulo cuando ve a Manuel, sí, es guapo pero no para tanto.

—Buen día.

—Buen día señorita. —me saluda, sonrío y entro a mi oficina pero escucho un par de gritos.

La venganza de Elena©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora