《ONE SHOTS, TYPES, TODO》Pt.2©

Grant Gustin

Título: Bad Boy. 1/2
GrantxLectora.
Advertencia: El típico cliché que ya hacía falta en este libro.

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Pov _________:

En cinco, cuatro...—mordí la punta de mi bolígrafo.—tres, dos...

—¡Profesor, la tarea!

Todos nos quejamos al mismo tiempo, el profesor se lo pensó unos segundos y el timbre sonó indicando el fin de las clases.

—Quiero para el Lunes, una investigación de los logaritmos y las derivadas.—tomó su maletín y nos miro.—Que tengan buen fin de semana.

Estrellé mi cabeza contra mi pupitre y gruñí, todos de manera resignada comenzaron a guardar sus cosas, la chica que recordó de la tarea salió corriendo del aula junto a sus dos amigas.

—Tonta.—mascullé entredientes apretando el bolígrafo en mis manos.

Me puse de pie para recoger mis cosas, al salir del aula me colgue sobre ambos hombros mi mochila y empecé a caminar por el pasillo con varias miradas masculinas sobre mí.

—¿En serio no te cansas de llamar la atención?—una sonrisa amplia se dibujo en mis labios y negué.

—Sería como decirte que dejarás tu amor por las series de anime.—ataque burlona, la castaña me miro sonrojada.

—Nadie sabe eso.—protesto en un susurro a la vez que me miraba mal.—¿Tienes planes para hoy?

Pensé unos segundos para después negar lentamente, bajamos las escaleras mientras platicamos de la preparación de una pijamada, hace meses que no teníamos tiempo para nosotras.

—¿Qué te parece si terminando la tarea nos vemos en el parque?

Aunque fuera una "popular", no descuidaba mis estudios nada se iba a interponer en mi meta de ser alguien importante.

—Yo no creo hacerla hoy, pero te espero.

Ambas salimos de la Universidad hasta que escuche risas a mi espalda, me detuve a la par de ella para ver los populares del otro turno; entre ellos un castaño me miraba fijamente con una sonrisa, y no podía faltar su auto lujoso en el cual estaba recargado junto a sus amigos.

—Ese chico te mira con ojitos de cogeme.—solté una risa ante el absurdo comentario de Liliana, negué con la cabeza y ambas seguimos nuestro camino.

—No puedo cambiar mis planes sólo por un desliz.—respondí burlona, ambas seguimos caminando hasta llegar a la estación de trenes.

Los Viernes ambas nos íbamos juntas por la estación, entre semana cada una se iba en su auto.

—¿Envíaste tus correos?—cuestiono la castaña una vez que tomamos asiento y el tren comenzó su marcha.

—Claro, no me voy a rendir tan fácil.—solté orgullosa mientras ella me miraba con entusiasmo.

Cuando ambas tomamos rumbos distintos al salir de la estación fui directo a mi hogar para realizar la investigación que dejo el profesor y adelantar un par de proyectos que se venían para la próxima semana.