《ONE SHOTS, TYPES, TODO》Pt.2©

Grant Gustin

Título: Good Boy. 2/2
GrantxLectora
Advertencia: Ninguna

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Pov ________:

—¿Vas a ir?

Mire a Liliana cuando nos encontrábamos de camino a la salida, había pasado una semana de aquella reunión a la que fuimos invitadas, y hoy era la gran reunión a la que el chico de la tienda me había invitado.

—¿Porqué no mejor hacemos la pijamada?, me da mala espina eso.

—Sólo es una fiesta, ¿molesta porque no tienes una tarjeta?—ataque burlona, ella negó y se cruzó de brazos.

—No, ¿qué no entiendes que me da mala espina?—gruñó a la vez que miraba a otro lado.

—César también tiene una, voy a ir con él, tranquila.—palmeé suavemente su hombro y ella se quejó.

Apenas salimos de la Universidad y se fue corriendo literalmente a donde estaban los populares del otro turno, Grant me saludó con un ademán y le devolví el gesto.

—¿Lista para ir a la misteriosa fiesta?

La voz de César me hizo mirarlo, paso su brazo por mis hombros obligandome a caminar, sonreí abiertamente para encogerme de hombros.

—Liliana tiene un mal presentimiento.—conté mientras reía.—Supersticiones.

El pelinegro se encogió de hombros a la par de mí, César era el apuesto popular de la aula de a lado, teníamos un extraño reglamento de no tener relaciones ya sea amorosas o sexuales entre populares, raro pero después de la relación de Hanna y Raúl (dos populares egocéntricos, no tan agradables) todos incluimos eso en nuestro mini reglamento de populares, ridículo.

—Que te parece si vamos a mi casa, me cambio y después vamos a la tuya te cambias y nos vamos.

Alce una ceja para ver como se alejaba de mi, me abrió la puerta de copiloto mientras sus ojos grisáceos me miraban fijamente.

—Buena idea.

Despeiné su cabello y subí al auto, él sonrió para cerrar la puerta, le dio la vuelta a su auto para subirse y conducir directo a su hogar.

Por la tarde ambos estábamos frente aquel antro, estaba ubicado en un barrio solitario pero se veía bien por fuera; ambos entramos cuando mostramos nuestras tarjetas, tome el brazo del pelinegro para caminar entre las personas que disfrutaban del evento.

—Esto es una locura.—César miro a su alrededor una vez que ambos estuvimos frente a la barra.

—Lo sé.—respondí alzando un poco la voz, la música no ayudaba en nada y al parecer sólo estaríamos bebiendo y bailando.

Cuando en el reloj marcaron las once de la noche, vi como el lugar comenzó a vaciarse de manera lenta; eso definitivamente me dio mala espina, antes de que una chica a mi lado se fuera la detuve.

—¿Qué esta pasando?—la chica me miro y se encogió de hombros.

—Está noche es de subastas.—se acerco a mi.—Subastan a personas, a las cuales las invitan aquí con una tarjeta.

Mi piel se erizo ante sus palabras, la chica se alejo y volví con César, al verlo note una expresión neutra en su rostro.

—Debemos salir de aquí.—asentí rápidamente, tome mi bolso y cuando estábamos por salir dos hombres nos detuvieron.