Seven Dates ➵ MoonBae.

➵ three date

Kevin no cabía en su emoción y alegría, su corazón estaba demasiado inflado y palpitante, los últimos dos días no había parado de sonreír, su padre con sonrisa de gato incluso había dicho algo sobre que sus dientes iban a caerse si seguía como tal, o KyungHo, que le había gritado que dejase de sonreír porque el estaba triste porque su novio, JaeYun, estaba de vacaciones en Japón y el debía al menos respertar el luto de su hermano mayor, pero no, Kevin estaba demasiado feliz que incluso si no pasaba con excelente nota su último exámen el no dejaría de sonreír.

¿Por qué?, porque su jodido lienzo estaba exhibido en la galería de artes más importante de Seúl, si fuera por el iría todos los días al edificio, pero MinSeok le había prohibido ir todos los días porque el era un niño muy grande y debía colaborar con los deberes del hogar, así fue como terminó limpiando los pisos de su hogar mientras KyungHo limpiaba el polvo, a este tuvo que obligarlo a punta de quitarle su consola y su celular para que limpiara porque de lo contrario MinSeok no lo dejaría salir con Jacob, y eso le asustó mucho, el no quería perder una cita, ninguna.

Ese día había salido de su salón de clases y se había dirigido al edificio artes escénicas, quedaba al lado del suyo así que no eran más de quince minutos. Esta vez le tocaba a ChanHee ayudarlo a vestirse y el mismo decidió ir a buscarlo porque sabía que el mayor era capaz de olvidarlo, se emocionaba con sus clases de música y olvidaba hasta como respirar.

Así que una vez encontró el salón de su amigo fav frunció sus labios al verlo aún sentado en su lugar, solo habían cerca de cinco o cuatro estudiantes en el salón y era extraño ver a su hyung fuera de si, así que se acercó y vio que en la mesa de su lugar un par de cosas que rápidamente llamaron su atención de inmediato, tomó la cajita del mismo color que la flor a su lado y la abrió, tirando la tapa de cartón en la cara del mayor y leyendo la hoja que descansaba dentro con papelitos del mismo color.

Abrió sus ojos cuando leyó el contenido y miró a su mayor con sospresa. — ¡Tienes un admirador!— Gritó con fuerzas mientras lanzaba la cajita lejos y brincaba a su alredor— ¡Te trajo una flor!

Y por supuesto que sabía de quien se trataba, había tomado el mismo camino que Jacob.