(𝐕) 𝐓𝐚𝐜𝐭𝐨

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El yugo del amanecer;
revelador de necesidades
latentes de las yemas de mis dedos,
que dicen desear recorrer la superficie posterior de tu espalda,
así como trazando algún camino.

Imaginalos jugando,
con tu piel erizada por el tacto mío,
¡oh! cuánta agonía.
Vuelve, tan solo vuelve.

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