Llamas de la proposición

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Caminaba por las frías calles de Central, pateando - y por qué no - resbalándose en charcos de agua, siempre había sido un inútil bajo la lluvia.

Era sábado, la semana fue deslumbrante, sorpresiva y, sin lugar a dudas, maravillosa.

POV Roy

Días antes había ido a visitar a los Elric, ellos sí que son una hermosa familia. Tras haber llegado a la casa, fui atendido por la señora Winry Elric, tan amable como siempre. Una vez entré, charlamos un poco, me comentó que Alphonse quería formalizar su relación con la señorita May Chang. Quizá fui un poco indiscreto.

- Disculpe, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Con toda confianza, señor Mustang.

- ¿Usted tiene tres hijos?

- ¡En efecto! Y adivina, ¡Es una niña! Patea todo el tiempo la panza de su mamá - agregó el ex alquimista, Edward Elric, saliendo de su habitación después de dormir a sus otros hijos.

- Vaya Ace... - cierto, ya no era un alquimista - Ed, ¿cómo soportas el llanterío? -

- Acabo de terminar de lavar las sábanas, platos, vasos y mamaderas... ¿algo más?- Pasó su brazo por su cien secando el sudor.

- Lo tengo muy bien educado, ¿no te parece? - guiñó un ojo hacia el Coronel enfrente de ella.

- Nunca creí que fuera dominado tan fácilmente. La verdad, su amor hacia usted le da las fuerzas necesarias - y en ese momento se arrepintió, se le había escapado.

- Vaya, Coronel idiota, anda bastante sentimental - soltó luego de una carcajada.

Aproveché el tiempo que estuve ahí, reímos a carcajadas; sentía cierta calidez al estar ahí adentro, ese tipo de calidez que no se encuentra en todas partes.
Más tarde y luego de haber visto a sus adorables hijos, me despedí amablemente con una mano, deseando saludos al hermano menor de los Elric.

Reiteradas veces intenté pedirle a Riza, sin muchas vueltas, que formalizáramos nuestra relación, le expliqué de mil y una formas que yo podría mantenernos a todos, claro que ella iba a poder hacer sus cosas, estudiar o trabajar, ¡Podríamos ser una familia normal! (Obviemos el hecho de que me rechazó y por un momento temí por mi vida).

Hundido en mis pensamientos, no me di cuenta que ya había llegado a Central, bajé y me sorprendí al verla.

Ella estaba ahí, esperando por mi como si supiera que me había retirado. Me alegré tanto de verla,  y por un momento, tan fugaz, podría jurar que vi una sonrisa dibujada en su rostro.

- Buenos días, Roy Mustang -

- Buenos días, Riza Hawkeye,  ¿Qué haces aquí? - me mataba la duda, honestamente.

- Vámonos - ordenó.

- ¿Puedo preguntar hacia dónde? - a veces Riza era muy extraña.

- No - objetó.

Me estaba carcomiendo la duda, no entendía absolutamente nada. Sin embargo decidí seguirla, ella no vestía el uniforme militar, ¿estará de descanso? No lo creo, ella no lo hubiera aceptado.
Caminábamos a paso normal, hasta que en un momento sentí como su brazo tomó el mío, caminábamos como una pareja de verdad, una que no ocultaba sus sentimientos. Fueron instantes en los que intenté soltarla; no me malinterpreten; muero de ganas por formar una pareja de verdad con ella, sin embargo las muy malditas Leyes de Fraternidad nos impiden hacerlo.
Me sentía en el cielo, caminar normalmente a su lado, sin tener que ir pasos delante de ella para disimular, no, para ocultar una verdad, era simplemente hermoso.
Me voltee a observarla, se veía especialmente bella ese día, su pálida piel que conducía hacia su sedoso cabello rubio y esos ojos marrones únicos. Eran la perdición misma.
Pienso que si me hubieran mandado a una misión secreta del Estado me hubiera muerto, ¿Tan obvio era? Ella volteó a verme.

Libro de One shots RoyAi!!!! :3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora