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La ambulancia no tardó en llegar y yo no podía dejar de mirar el cuerpo que estaban llevando en la camilla.
Había sangre, demasiada sangre, hasta tenía en las manos de cuando me acerqué a él.
-Manu, vamos al hospital, vení -me tiró Valen del brazo-.
No me resistí por lo que no le fue difícil llevarme. En todo el camino estuvimos en silencio, ellos por miedo a que los mande a la mierda y yo porque no salía del estado de shock.
Me esperaba todo menos eso.
Cuando llegamos al hospital nos dijeron que ahora lo estaban operando de urgencia, que esperáramos en la sala.
Y ahí estábamos, nerviosos, asustados y tristes.
Estuve mirando al suelo desde que llegamos, no sabía que decir o qué hacer. Es todo tan nuevo para mi.
Y es que ¿Quién se imaginaría que atropellen al amor de su vida?
Nadie.
Las horas pasaban y nadie nos decía absolutamente nada, ya estaba demasiado nervioso. Me mordía las uñas, me tiraba del pelo, no podía quedarme quieto.
Valentín me abrazó y me sobó la espalda por unos minutos, tratando de tranquilizarme.
-V-Valen -hablé por primera vez después del accidente-. Lo chocaron -dije entre sollozos-.
-Manu, va a estar bien, te lo prometo.
Yo solo me quedé callado.
¿Es buen momento para decir que las promesas no existen?
Las imágenes de Mateo lleno de sangre me torturaban, no podía sacarlas de mi cabeza. Al igual que a las voces diciendo que lo perdería.
[...]
Le agarré la mano y lo miré soltando todas las lágrimas que contuve.
Quería que despierte y que me diga "Es una broma, amor", aunque no sería gracioso preferiría eso.
Lo que daría por volver a ver esos ojos marrones, esos que tanto revuelto causaron en mis sentimientos, esos en los que me encantaba perderme, esos que tenían mil historias para contarte.
Mateo yo si quería conocer todas esas historias.
-Amor, yo se que me escuchas -sollocé acariciándole la cara-. También sé que sos fuerte y que podes salir de esto, amor, yo confío en vos -acaricié su mejilla-. Mateo tenemos muchas cosas que hacer juntos, no podes irte ahora, no hoy, no mañana, nunca, no hagas esto porfavor.
La máquina empezó a hacer un pitido insoportable y un montón de doctores entraron corriendo, diciéndome que salga.
Amor, esto no es justo.
Valentín y Dani se acercaron y me abrazaron.
-No, no es cierto, ¿Dónde está el chiste? -pregunté-.
Esa tarde nos dejaste, te fuiste sin previo aviso. Nos sorprendiste a todos, nadie se hubiese imaginado esto.
Esa noche llegué a mi casa encontrándome con mi familia y una hermosa decoración en mi casa, pero yo no quería festejar. No tenía motivos para festejar.
Me la pasé encerrado en mi cuarto, viendo nuestras fotos juntos, escuchando tus audios, leyendo tus mensajes.
Mateo extraño tus risas epilépticas, extraño tus stickers raros, extraño hasta la más mínima cosa tuya.
Esa noche apagué el celular y me puse a mirar por la ventana, deseando que aparezcas corriendo a decirme que fue todo una ilusión óptica.
Mateo, nunca llegaste.
Pero yo te sigo esperando.
fin.
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una mierda el final y el fanfic en sí pero quería sacar algo trueplik y salió esta idea y dije bOe ya fue
