Aun no se como empezar esto, lo que sea que sea, pero diré algo sobre mí. Amor.
Mi vida amorosa es tal vez la más deprimente que existe, es casi invisible. No tengo novio, saliente, o algo así, pero vaya que soy cursi. Amo las historias de amor y las películas poco predecibles sobre ello, las películas en general. Y escribir sobre amor es mi especialidad, soy prácticamente una experta y aun no se de donde saco el talento o porque, pero nací para ser una especie de cupido.
Pero dejando eso a un lado soy una chica normal, supongo.
Tomo la taza de café frente a mi y le doy un sorbo.
-¡Ay!- El liquido hirviendo altera mis sentidos y activa mis papilas dejando un rastro de ardor en mi garganta.
-Cuidado- Una voz masculina y grave dice desde atrás, es el mesero. Un chico que se ve mas joven de lo que probablemente es y bastante atractivo.
-Si- Le sonrío tímida. Y sigo en mi libreta, una historia bastante tonta en la que trabajo solo como excusa para venir aquí.
-¿Te molesta si te acompaño?- Finjo no escuchar el comentario y deseo con todas mis fuerzas que no me lo haya dicho a mi, sigo enfocada en la escritura. ¡Lo siento okay! No soy una chica de tipo sociable.
-¿Valeria?- Volteó a mirarlo con un rastro de susto en la mirada ¿Cómo sabe mi nombre?
-Sabes como me llamo- Y le digo sin pensar -¿Nos conocemos?-
-No- Dice divertido mientras se sienta en la silla frente a mí. -Pero lo dice tu café- Y de pronto todo tiene sentido.
-Claro- Río un poco, de nervios tal vez. Miro el cuaderno. ¿Tiene que pasar ésto ahora? Solo quiero un momento de tranquilidad.
-Cuéntame sobre ti- Me dice amablemente lo que me obliga a mirarlo a los ojos, de hecho la sonrisa en su rostro es tal vez la mas amigable y honesta que e visto en mi vida. Pero resulta un poco...extraño, la manera en que se interesa en mi vida, en mi.
-¿Como te llamas?- Le digo seria.
-Alex-
-Alex. Estoy escribiendo- Le digo de la forma mas simple que se me ocurre. Solo vete Alex, no quiero lidiar con nadie mas que con mi mente ahora. Pero por supuesto que no le puedo decir eso. ¿Nunca desearon estar solos, aunque sea por un rato? Es justo lo que quiero ahora.
-Vaya...una escritora- Me dice asombrado.
-No, no, no. Solo tengo 15 años- Y e ahí lo primero que NO debes hacer al hablar con extraños, decir tu edad. Antes de arrepentirme ya lo había dicho.
-No hay edad para las pasiones- Eso suena raro, hasta preocupante tal vez, pero tiene sentido.
-Tienes razón- Vamos Vale, vamos, busca algo que decir antes de que se vuelva incómodo. -Así que...trabajas aquí- ¿En serio? ¿Es lo mejor que se te ocurrió? ¡Claro que trabaja aquí! Es obvio. Mi subconsciente golpea mi frente en mi imaginación.
-Si- Suelta una risita, no una cualquiera, una bastante y particularmente sexy.
No, espera. No puede gustarte el mesero. Aparte, es muy atractivo, jamás te hará caso.
Y entonces porque esta aquí, ahora, frente a ti, queriendo conocerte.
Cierto.
-Nunca te había visto por aquí-
-Lo mismo digo- Y ahí viene el silencio incómodo.
Finjo mirar el reloj de mi celular y poner cara de impresión.
-Vaya no me había dado cuenta de lo tarde que es, tengo que irme- Le digo, sin mirarlo a los ojos mientras recojo mis cosas.
-¿No es una táctica para evitarme, cierto? Porque eso sería realmente deprimente-Su pregunta me toma completamente por sorpresa.
-Amm, no-
-Escucha, creerás que es raro, soy un completo extraño hablándote de la nada, pero no quiero hacerte daño ni nada parecido, solo quiero conocerte.
-Pero...¿por qué?- ¡Ay no! Se supone que debía hacer esa pregunta en mi mente ¡no en su cara!
-No lo se-
-Así que...¿te gusto?- Que mas da ser un poco atrevida, si yo quiero puedo no verlo nunca mas, es un extraño, es la ventaja, no tengo que ser tímida con el, no tengo que ser yo realmente.
-No lo se ¿yo te gusto?- Su pregunta me toma casi por sorpresa pero al parecer ya tengo una respuesta lista.
-No lo se Alex, te conocía hace unos 90 segundos-
-Solo...no se, tal vez solo quiero ser tu amigo-
-Bueno, no es precisamente la propuesta de amistad más normal-
-¿Vale?-
-Alex-
-¿Quieres ser mi amiga?-
