La luz del día chocó contra mi realidad.
Tenía la cruda doliéndome en todo el cuerpo y una tos para morirse, por la shisha supongo.Me levanto y tomo una ducha caliente haciendo que todos los espejos en mi baño se empañen.
-Me veo horrible- Le digo a mi reflejo empañado, y a pesar de borroso, horrendo.
Bajo a la cocina y mi mamá tiene ya en la barra los hot cakes y el jugo casero.
Hogar dulce hogar
-¿Qué tal la fiesta?-
-Bien- Planeaba no dar ningún detalle, como que me emborraché y que fumé shisha por primera vez, y todos los demás errores.
-Llegaste tarde-
-No tanto, como a la 1:30- Mentira -Pero ya estaban dormidos- Mi mamá me miró con sarcasmo, tal vez porque si estaba despierta a esa hora, porque sabe que llegué más tarde y porque probablemente sabe que escondo algo que no pienso mencionar. Pero yo nunca lo sabré, porque cuando tiene esa mirada, se perfectamente que sabe la verdad, y no porque alguien se la haya dicho, si no porque mi mamá tiene una especie de poder para saber cuando miento y cuando no.
-Bueno, voy al súper y después tengo que ir al hospital. Así que nos vemos luego- Tomó su bolsa y salió sin decir más.Me acerqué a la sala, aún masticando el hot cake que metí a mi boca segundos antes, y puse música en el estéreo.
La música comenzó a resonar en el lugar y no pude evitar bailar con locura.
-The dog days are o-ve-er, the dooog daaays are go-o-o-one, can you hear the hor...- El timbre sonó en la puerta de repente.
-¡Vooooy!- Grité y fui corriendo hacia la entrada. La abrí y me sorprendí como nunca. ¡Al fin!
-¡¿Que haces aquiiiiiii?!- Dije lo más emocionada que pude. Hannah me abrazó al instante y grito como una niña que recibe su regalo soñado en navidad -No puedo creer que estés aquí- Dije con la mayor sonrisa en la cara y mis brazos aún enganchados a mi mejor amiga.
-¡Lo se! Ni yo- Dijo contenta.
-Pero...en serio- Frucí mi ceño y la aparte de mí -¿Qué haces aquí? Se supone que regresabas en dos semanas de París- La miré sin recibir respuesta.
-Bueno...digamos que empezaba a aburrirme de las lecciones de francés, así que...¡escapé!- Sonrió audaz.
-¡¿Estás loca?!- Mi cara de sorpresa no tardó ni un segundo en plantarse en mi cara -¡HANNAH! ¡¿Qué sucede contigo?! ¡Te van a matar!- La metí a la casa bruscamente y cerré la puerta de un portazo, como si alguien pudiera verla y descubrirla.
-¡Tranquila! Tengo todo bajo control, solo necesito que dejes que me quede aquí- Su tono era demasiado tranquilo, pero yo estaba al borde de darme un tiro. Ahora si que la cagó.
-Mi mamá te descubrirá si te quedas aquí idiota, o mi papá...¡o mis hermanos!- Dije nerviosa y desesperada tomando mi frente con una mano.
-¡Ya deja de gritar! Me esconderé y ya-
-Y que piensas hacer con tus padres y los del internado ¡genio! porque estoy segura que notaran tu ausencia allá y le avisarán a tus padres-
-No "genio", les mandé por fax una carta falsa de "mis padres" a los del internado diciendo que era una emergencia que volviera y mis padres OBVIO no saben nada de que estoy aquí-
-Eres una imbécil-
-Bueno ¡ya! Pensé que te pondrías feliz de verme- Dijo con la cara arrugada.
-Bueno sí, pero te escapaste, desde París, y ahora pides refugio... No es precisamente la idea más brillante-
-Ya cálmate, pareces una ruca viuda y sin diversión. Aparte tu me ayudarás a que nadie sepa que estoy aquí, así que ahora que sabes el plan, debemos irnos-
-¿Irnos? ¿A dónde?- Dije con la cara completa fruncida.
-Por tu chico- ¿Mi chico? ¿Cuál chico? Oh no...Alex
-Ohhh nononono ¡NO! Definitivamente no-
-¿No a qué?-
-No a ir por mi "chico" y definitivamente no es mi chico- Dije negando sin parar con la cabeza y decidida a no ceder. Esta vez Hannah no conseguiría que cediera a sus locuras.
(...)
-Esta es la idea más estúpida, después de tu escape de París- Dije molesta, arreglada de pie a cabeza por Hannah, y en camino al café en el auto de Sarah, mi hermana mayor, y mío. Como ella estaba en un intercambio de la universidad, era todo mío por seis meses.
-YO lograré que ese idiota te note de una vez por todas- Dijo astuta con sus lentes de detective puestos y carísimos desde Europa.
-Alex no es un idiota, y no creo que me note- Me dije a mi misma mientras veía mi reflejo en la ventana. Ahora si estoy en un lío. Un gran lío.
No me veía mal aunque sea, estaba maquillada, aunque naturalmente, y estaba usando un vestido corto veraniego que nunca había salido de mi closet.
Pero yo se que esto no saldrá nada bien, mucho menos con Hannah al mando.