"Una aguja en una rueca la matará". Esa fue la maldición que la bruja malvada puso a la princesa el día de su nacimiento.
Asustado, el rey ardió cada rueca en su reino para evitar la maldición, pero la princesa terminó siendo pinchada por una espina en una rosa, dada a ella por la bruja disfrazada, y se quedó dormida.
Ese cuento de hadas te dice que nunca puedes escapar de tu destino.
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