Capítulo 1.

10.5K 1.2K 157
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.










—¿¡Cómo les fue!?

Jacob frunció el ceño ante el entusiasmo de su pequeño beta, que se acercaba corriendo con sus bermudas de Jean y remera de mangas cortas de color verde militar junto con una sonrisa radiante.

—Logramos que los "primos" de la sanguijuela Cullen sean nuestros testigos.— le respondió Jacob, sacudiendo los cabellos del menor.— ¿Vino alguien más?

—No, no todavía.— interrumpió la loba, acercándose a esos dos que se encontraban en la parte trasera de la casa.— solo estamos nosotros, los otros ya se fueron a buscar los testigos.

—Espero que logren convencerlos.— murmuró el Black, preocupado.

—¡Ya verás que todo estará bien!— gritó emocionado el menor.— ellos ayudarán.

—Tú eres el único que confiaría ciegamente en un vampiro.— bufó Leah, cruzada de brazos, molesta.— debes aprender que no todas las sanguijuelas son buenas.

—Y tú debes aprender que no hay que desconfiar de todo el mundo.— se molestó el cachorro.

—Ya, ya...— interrumpió el Black, sabiendo que en cualquier momento comenzarían a pelear.— no empiecen.

—¡Jake!

Los tres giraron hacia la dirección de aquella dulce voz, en donde los ojos del Black brillaron al ver a su impronta correr hacia ellos. Jake se agachó, apoyándose sobre sus talones para agarrar en sus brazos a su huella, alzándola a upa.

—Hola Ness.

—Hola Seth.— respondió feliz al lobo.— Hola...

—Mmm... hola.— saludó secamente Leah. Reneesme le sonrió para luego mirar al lobo.

—Jake, los primos de papá ya vienen.

—O mejor dicho ya vinieron.— gruñó asqueada la loba.— Que asqueroso olor.

—Digamos que tu aroma no es a  flores, chucho.

—Leah.— advirtió Jacob, al escuchar el gruñido de enojo salir desde la garganta de su beta.

—Kate, contrólate.

Una vez más los presentes miraron hacia esa voz, encontrándose ante los ojos  de los hermanos Clearwater, a dos rubias, una de rulos y otra de cabellos largos y lacios, pálidas como la leche pero hermosas como unas Diosas, a un hombre de piel casi oliva, cabellos marrón oscuro, alto y a su lado estaba acompañado de una mujer más baja que él, cabellos marrones, ondulados, de piel oliva y todos de orbes dorados.

Seth los recordó como el clan Denali, estaban todos excepto por la rubia que causó el problema que estaban viviendo en estos momentos.

—Imposible...

Frost {Seth Clearwater}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora