Seth Clearwater estaba dispuesto a ayudar a su alfa y amigo a proteger a su impronta, era lo correcto y además era un protector.
Pero no se esperaba que en la búsqueda de testigos él encontraría a su huella.
A su impronta.
{Fanfic}
{Amanecer parte 2...
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—Ya lo sabes.— habló la duendecilla con voz fuerte y clara.— ese es tu futuro.
》A menos... que decidas cambiarlo.《
—No podemos hacer eso.— susurró molesto el rubio.— la niña sigue siendo una gran amenaza.
—¿Y nos aseguramos de que se mantenga oculta de los humanos?— interrumpió en voz alta Edward, llamando la atención de todos.— ¿Podemos irnos en paz?
—Por supuesto.— volvió a hablar el rubio.— pero... ¿Como piensan hacerlo?
—Ya te lo dirán.
Alexander notó como la muchacha de cabellos pixie le sonreía al lector de mentes cuando un sus orbes se abren de sorpresa, al ver cómo dos personas que se encontraban ocultas en el bosque salían de su escondite.
Miró con atención, cada detalle dd la pareja de hombre y mujer. Ambos vestían de ropas de animales, mostrando la mayor parte de su piel caoba, con collares, cascabeles a su alrededor.
Sus orbes no pudieron dejar de mirarlos, que caminaron hasta llegar a unos pasos atrás de la duendecilla que volvió a hablar.
—Estuve buscando a mis propios testigos en las tribus Ticuna de Brasil.
—Hay suficientes testigos...
—Déjala hablar.— interrumpió el pelinegro.
—Yo soy mitad humano.— comenzó a hablar el muchacho, sorprendiendo al menor Clearwater que movía su rabo de un lado a otro emocionado.— mitad vampiro... como la niña...
》Un vampiro sedujo a mi madre, que murió al darme a luz. Mi tía Huilen fue la que me crió y yo la hice inmortal. 《
—¿Que edad tienes?
La pregunta de Isabella resonó por todo el lugar. Seth contuvo el aire en sus pulmones, nervioso ante la futura respuesta del muchacho que se giró a mirar a Isabella.
— 150 años.— respondió, provocando que un suspiro de alivio saliera del hocico de Seth.
¡Nessi estaría con ellos por bastante tiempo!
¡Jacob no sufrirá!
— ¿A qué edad llegaste a tu madurez?— volvió a preguntar el pelinegro.
—Yo me hice adulto siete años después de nacer.— le contestó.— desde ese entonces, soy así.
—Y... ¿Tu dieta?
—Sangre... comida humana.— respondió.— puedo vivir de ambas...
—Éstos niños...— interrumpió el castaño, llamando la atención de Megan.— son parecidos a nosotros..
