Luz de Gas

Capítulo 2: "Accidente"

- Le tendremos que hacer más pruebas y análisis para determinar si esta en buen estado para contestar el inter...

Comienzo a mover los parpados rápidamente para tratar de abrirlos, aún me pesan una tonelada pero batallo para lograrlo.

Trato de murmura para pedir ayuda pero solo me salen  unos pequeños gruñidos imperceptibles.

-No sabes cómo reaccionará y su cerebro está delicado, no podemos forzarla, se alterará...-.una voz delicada se detiene por un segundo, le sigue un golpe seco cerca de mi y la voz continúa- en conclusión no está en condiciones de hacerlo ahora mismo. Solo denle un poco más de tiempo, se esta recuperando muy bien.

Pasan unos segundos en silencio, se escuchan unos pasos cada vez más lejos de mi, hasta que se escucha como se cierra una puerta.

Siento una presencia cerca de mi, es cálida y me da paz. Una mano me acaricia el pelo y me susurra:

- Todo estará bien, niña.- dice soltando un débil suspiro. 

Desconozco la voz que se hace un momento se escuchaba, dudo que sea alguien de mi familia o algún amigo... aunque no tengo mucho amigos de todos modos...

La caricia es tan acogedora que hace que caiga en otro profundo sueño, donde sueño que estoy en un cuarto lleno de regalos a mi alrededor, flores coloridas y de aroma placentero, y uno que otro globo con alguna cita divertida para dar ánimos al recuperarme, pero se que realmente eso no pasará. Es eso, un sueño nada más. 

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Abro mis ojos lentamente, esta vez es más fácil, pues ese peso que sentía se ha ido. 

Vuelvo a recorrer la habitación del hospital con mis ojos, la veo igual salvo por la pequeña mesa que está a lado de mi cama. Por un momento recuerdo el sueño que tuve y siento un pinchazo en mi corazón, desilusión. 

Pero bueno, estas viva. Me recuerda mi conciencia. ¿Realmente lo estoy? No me siento con vida, desde hace un gran tiempo...

Al despertar, me sentía tan mal que era como si mi alma saliera de mi cuerpo. Tanto dolor físico y emocional es demasiado. Nadie puede soportar tanto.

Trato de levantarme de la incomoda cama en la que me encuentro, lo que me manda pequeños piquetes de dolor a todo mi cuerpo, haciendo que suelte un quejido que suena más como un aulló.

El dolor comienza por mi cabeza, sintiendo el cerebro pesado y tan grande, que temo por un momento que me explote, me atraviesa el cuello al momento de tratar de doblarlo, sigue bajando por la espina dorsal y se concentra mucho en mi estómago y mis costillas. Los músculos de todo el cuerpo los siento muy tensos, y la lista no acaba...

Mientras analizo mis daños físicos, entra la enfermera que vi la primera vez que desperté en esta pesadilla. La de voz dulce.

-Querida niña, ya era hora de que despertará, me tenía muy preocupada-. me dice con un tono dulce y preocupado. Me da una sonrisa.

Me recuerda tanto a mi madre. Una señora hermosa y tan cálida.

Trato de regresarle la sonrisa, aunque me duele un poco al hacerlo, y le pregunto:

-¿Cómo llegue aquí?-. mi voz sale muy ronca y al hacerlo me duele la garganta así que llevo rápidamente mi mano a ella, haciendo que el movimiento provoquen más piquetes de dolor a través de mi cuerpo e inconsciente hago una mueca de dolor.

La señora me mira con más preocupación en sus ojos y un toque de empatía.

Odio mostrarme vulnerable enfrente de las personas, y mucho más enfrente de desconocidos. No he llorado en público desde que era niña, ni demostrado el dolor que he sentido a lo largo de mis años.

- Tranquila, mi niña-. me dice acercándose más a mi y acariciando mi cabello antes de volverse para revisar los medicamentos que están conectados a la parte interior de mi brazo.- Tuviste un accidente al bajar las escaleras, o al menos eso me dijeron...

Eso último lo dice con reproche y una nota de enojo.

Su respuesta me llena de muchas dudas y confusión.

¿Me caí? Y entonces ¿por qué me siento tan mal?

Mi casa si es grande, bueno la más grande del vecindario y las escaleras tan largas no ayudan, pero es demasiado dolor el que siento.

Pero dijo...

-¿ A que se refiere con eso?¿Quién me trajo?-. le pregunto y trato de recordar como llegue aquí, en vano. ¿Y mi esposo?. Estoy acostumbrado a estar sola, desde que nos cambiamos de ciudad no he tenido de hacer nuevos amigos aparte de mis compañeros de trabajo... Solo somos mi esposo y yo. Los dos estamos ocupados durante todo el día y casi no nos vemos, pero siempre comemos y cenamos juntos.

Pero supongo que en las condiciones que me encuentro debería estar a mi lado. Debería. Eso haría un buen esposo.

- La llamada de emergencia la realizó una joven, de nombre Hanna, o algo así , comentó que ella acababa de llegar a su casa para trabajar, supongo que será su ama de llaves-. hace una pausa para darme unas pastillas y un vaso con agua.- tomate esto cariño, disminuirá más el dolor, de todos modos se te está aplicando una pequeña dosis de morfina.

Le digo un gracias y me tomo el medicamento. Ella espera paciencia a que le devuelva el vaso y continúa:

- Como te decía, la joven dijo que te encontró inconsciente al final de las escaleras, así que supuso que te habías caído de ellas-. se acerca más a mi, me sostiene con delicadeza el rostro y me dice-. Pero, corazón, o esas escaleras están exageradamente grandes o algo más paso.

Me siento muy confundida. Y la verdad no se que decir, no se si creer en sus palabras, y en la forma que lo dice se que ella tampoco cree en lo que le dijeron. 

Me mira por una ultima vez, y me comenta que ella estará a mi cuidado hasta al anochecer, que cualquier cosa  que se me ofrezca solo debo apretar el botón que se encuentra a un lado de mi cama. Me remarca que no debo hacer ningún esfuerzo físico innecesario. 

-¿ Ni para ir al baño?-. le preguntó extrañada. Se le escapa una leve risita y me responde:- No corazón, de preferencia avísame y te ayudo, estas en una situación muy delicada.

-¿Por qué? ¿Qué tengo?-. pregunto, tratando de averiguar más. Transmite un destello de tristeza  sus ojos mientras busca las palabras adecuadas para contestarme.

-Tuviste una conmoción cerebral