No corras de la verdad

Prólogo

El cuarto se encuentra a oscuras, iluminado apenas con la luz de luna filtrada por la ventana. Mostrando sombras de los objetos predominantes del lugar. El ruido de los automóviles cruzando por las calles inundaban el silencio casi tortuoso del lugar. Miré el techo, cómo si fuera lo más interesante de toda la habitación. La gotera del grifo que habia olvidado arreglar cortaba la tensión como un cuchillo afilado.

Llevaba cuatro horas así, y el sueño no hacia acto de presencia. Mi rostro ya se encontraba demacrado; las ojeras y palidez en ellos marcaban cómo las noches iban empeorando a cada paso.

Ya ni las pastillas logran el resultado deseado. Dormir solo se ha puesto como un deseo inalcanzable en el que dejo reposar mi cuerpo y recuperar el vienestar que tanto anhelo.

Tan solo cerrar los ojos traen pesadillas que solo atormentan y destruyen la estabilidad de la cuál me aferro para no enloquecer o fallar.

La leve vibración en anuncio de mensaje recibido desconecta mis pensamientos a él. Tomandolo entre mis manos, desbloqueo el patron notando un nombre que hace mucho solo se ha vuelto un recuerdo.

Fijo mi vista al marco que se posa en el estante del último día en el que hemos convivido.

"Hola Rocío. Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos hemos encotrado. Victoria suele recordarte cuando eras tan solo una niña... Te extraña, yo también lo hago.

He pensado en la posibilidad de volver a encontrarnos, nos haria muy felíz tenerte nuevamente en nuestras vidas.

Espero tu respuesta.

Glam"

Glam... La última vez que los vi era en mi graduación, junta a Victoria y sus hijos.

Me incorporé en la cama, levemente desorientada. Debería pensar en una respuesta ¿pero cuál? Las cosas más fáciles pueden ser incluso las más complicadas de enfrentar. Dejé el movil en la mesita de noche, ya pronto amanecerá y tendría que volver a mi rutina.