Capítulos 1

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El sol se encontraba en su punto culmine, desprendiendo su brillo y calor por la ciudad. Tomé mi cigarro, aspirando un poco la nicotina que pedia mi cuerpo, exalandola luego con lentitud. No me he podido quitar de la cabeza el mensaje que glam me mando hace unos cuantos días. Se que esta mal de mi parte no contestar, tal vez estoy haciendo demasiado drama a algo tan pequeño.

Miré mi computadora, el word se encontraba abierto con una pagina casi por terminar. Lo miré fijamente, leyendo la ultima palabra que habia escrito "pasado". Me encontraba muy familiarizada con esas seis letras juntas. Volví a tomar otra bocanada del cigarro, para luego apagarlo en el cenicero. Exale, y me puse en marcha a completar lo que me faltaba.

Estuve un tiempo así, borrando y corrigiendo errores gramáticas y cambiando una que otra palabra. El tiempo se me había ido volando, y tenía que imprimirlo para las siete. A esa hora vendria mi jefa, o la encargada de ver que todo éste en orden. Terminé el trabajo y lo pasé a la impresora.

Mientras las hojas iban imprimiéndose una a una, fuia prepararme un café. Mi adicción a la cafeína era incluso más fuerte que a la nicotina, no podia vivir sin ella. Y si no lo ingeria en la mañana y tarde me volveria loca.

Prepare la cafetera y dejé que comenzara a cargarse la jarra de vidrio. En cuanto dió el timbre de finalización lo cargue en la taza; dejé mi cuerpo descansar en la mesada, y lo bebí con todo el placer.

Amargo, tal como me gustaba.

Miré la hora, quedando solo veinte minutos para las siete. Dejé mi taza a mi lado y fui a cambiar mi ropa, todavía llevaba la ropa de entre casa. Y si vendría Luisa, tendria que verme presentable.

Tomé una camisa roja junto con unos pantalones de vestir negros, arreglé mi enmarañado cabello ondulado y pinte mis labios con mi labial negro favorito.

Me miré en el espejo; la camisa se ajustaba perfecta a mi cuerpo. El pantalon, lucía elegante y sofisticado. Pero también atractivo y sutil. Mi cabello ondulado - Casi tirando a negro - había crecido unos sentimetros, llegando un poco más cerca de mis hombros, y el negro de mis labios resaltaban ante mi piel palida. Satisfecha con resultado, tomé unas botas color vino para completar el atuendo. Justo a tiempo para la llegada de Luisa.

- Gusto en verte Rocío. - Respondí con un simple asentamientos y la dejé entrar.

Cerré la puerta, invitandola a sentarse en el sofa mientras iba por el manuscrito. Lo tomé en mano, ya impreso por completo y se los entregué. Recogí el café que me había encontrado tomando, mirando con atención como pasaba las paginas y leía con atención lo que allí decía.

- Es aceptable, pero hay ciertas cosas que deberás cambiar. - Lo cerró y lo colocó en la mesita ratona

Fruncí el ceño sin comprender a qué partes se refería.

- ¿Qué está mal? - Respondí desafiante.

Vaciló unos minutos antes de acomodar su cabello tras su oreja.

- Es muy crudo, tus lectores no soportaran leer esas escenas. Y principalmente, no creo que la editorial lo apruebe.

Rodé los ojos, pensando que era la escusa más barata que me habían dado... Pero eso no quitaba que fuera cierta.

- ¿Qué sugieres que haga para los "sensibles"? - Fruncí el ceño. Aún no estaba completamente de acuerdo con que me censuraran.

- Elimina las partes fuertes, no seas tan grafica y si es posible, apasigua un poco las escenas.

¡¿Me estaba jodiendo?!, ¡en resumen tendría que reescribir lo completo!

- ¡¿Quieres que rescriba las doscientas paginas?!

- En pocas palabras. Si, reescribelas. Nuestra editorial es de aventura, no psicologica y terror.

- ¡¿De qué mierda me hablas?! Hay muchas historias de aventura que llevan psicologia y terror. Y yo, por ser "grafica" ¿no puedo? - espeté con notable enfado.

- Sabés que yo no manejo estos asuntos, si en la editorial no lo aceptan no se hará. Yo solo cumplo con mi trabajo.

Bufé, ¿cumplir con su trabajo? No me iba a tragar esa mierda. Muchos de los otros escritores de la misma editorial habían hecho cosas incluso más fuertes que esa novela ¿y yo no puedo por "supuestamente" ser demaciado grafica?

- Sabés bien que eso no es cierto. - Entre cerré mis ojos, sosteniendo la taza con fueza.

Luisa no dijo nada más. Se levantó del sofa, tomó su pequeño bolso de mano negro brilloso y caminó hacía la puerta principal.

- Hablaré para darte más tiempo. - Finalizo cerrando la puerta tras de si.

Me quedé allí. Quieta, mi seño fruncido no habia abandonado mi rostro, la mandibula se encontraba rigida y mis dedos completamente blancos de la fuerza con la que sostenia el vaso.

- Maldita bas... - Suspiré, calmando mi irá.

Bebí lo último que quedaba de mi ya frío café y tomé el manuscrito en mis manos. Tirandolo luego al sesto de basura. Donde al parecer pertenecia.

- Ya no importa, solo lo volveré a empezar. - Hablé a nadie en particular.

No corras de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora