El viaje

Y AHI....

Estaba yo. Intentando respirar bajo un corsé apretado de tal manera que casi no podía respirar con tal que no clavarme las ballenas que mantenían mi cintura como el de una avispa y les pechos bien a la vista...en una fiesta a la cual no estaba invitada pero en la que me colé para llevar a cabo la misión que me había encomendado mi pirata.

Los nervios me tenían el estomago cerrado, por que si me descubrían me iban a echar fuera de la mansión y todo lo que habíamos planeado se iría al traste, y todo por que no me hizo caso cuando le dije que no hacia falta que estuviera rodeada de mil ojos, que me podía colar por alguna ventana...

"Confía en mi" me dijo "que te vean forma parte de mi plan..."

No iba a ser difícil que me vieran. Solo tenían que ver mi cabello y mis ojos para llamar la atención. Las damas me miraban de reojo con celos al ver que sus esposos miraban y comentaban mientras, sola, intentaba no marcharme

"Espera a medianoche. Entonces podrás escabullirte en la habitación donde esta la joya y conseguirla sin problema...·

No contaba con que los caballeros sin compromiso se acercarían a mi pidiéndome un baile y que tenia que hacerlo para no llamar mas la atención...Para medianoche aun quedaba mucho y si seguía tomando de las bebidas que me ofrecían en finas copas de cristal se iba a poner muy seria la cosa.

Una drow borracha no es una fina dama...os lo aseguro...

-¿De donde sois bella dama?- había preguntado el ultimo caballero que, tras una reverencia, había conseguido bailar conmigo- no había visto nunca una mujer como...vos...- os juro que no miraba a mis ojos...su mirada se iba mas abajo, ya que su mano no podía hacerlo, Ay el decoro de los humanos....- os invito a charlar a un lugar mas...privado. A medianoche se lanzaran fuegos de artificio y podremos estar... mas cómodos y sin nadie que husmee que hablamos... ¿que decís?

-¿Puede permitirse la entrada en una casa donde es un simple invitado?- le alcé el rostro para que me mirara a mi, no a mis tetas

El hombre me miró apartándose un poco y empezó a reírse antes de decirme que claro que podía. Era el dueño de esa casa...

"El dueño de la mansión es un mujeriego podrido de dinero mi amor... Si te lo encuentras, usa esas armas y quizá no haga falta que entres a hurtadillas en su dormitorio..." Y mira por donde, estaba ahí, cogiéndome bien para que no me escapara...y yo muriéndome del asco por que ne había hecho sentir, el pirata, una puta...y ese hombre me estaba tratando como tal... pero me estaba invitando al lugar donde estaba mi objetivo...

-Pero sus invitados querrán que el anfitrión encienda la mecha de la primera tanda, mi señor-sonreí lo mas sugerente que pude mientras volvía a alzar su rostro a la altura de mis ojos- le propongo una cosa...- mis manos recorrieron su chaqueta mientras un parpadeo coqueto y una mordida de mi labio seguían mi juego de seducción y me acercaba a su oído para que los indiscretos que cuchicheaban y seguían todos nuestros pasos no nos oyeran.

Pude notar como contenía el aire, como sus pupilas brillaban por el ansia de saber que iba a decirle. Pude notar como su corazón se aceleraba y sentirme tan indecentemente cerca hizo jadear...

-Me adelanto a vos, os espero en vuestro dormitorio, y en cuanto podáis venís a mi encuentro- ¿dejé que mi lengua acariciara su cuello? Deje que mi lengua acariciara su cuelo...y me pegué mas a el.

Una llave se coló entre nuestras manos.

"La ultima habitación a la izquierda al subir las escaleras". Un hilo de voz ronca y un corazón a mil...no quise saber si algo mas...fue lo ultimo que noté antes de desaparecer entre reverencias y sonrisas escaleras arriba.

Demasiado fácil quizás...¿ lo fue?

Los criados no me pararon en ningún momento. Debían pensar que era otra de las distracciones para su señor de aquella noche...y parecía ser una dama, no una mujer de la calle como debían haber visto mas de una vez... Madre estaría contenta conmigo, Las clases de sociabilidad con los humanos habían dado su fruto...

Oh el dormitorio. Media planta solo para el, con una biblioteca hasta el techo, una chimenea enorme...una mesa con sillas para tomar el te o desayunar y un escritorio lleno de papeles. Cuadros, muchos cuadros, de personas que tenían un rasgo parecido al del señor que se moría por que empezaran los fuegos para subir corriendo a saciar sus ganas de sexo con una dama de una raza desconocida que, antes de ponerse a buscar la joya, miro por las ventanas por donde seria mas rápido y menos peligroso escapar a la vez que me despojaba del maldito corsé y la voluminosa falda.

Habia tenido la precaución de que la ropa interior fuera lo mas ceñida a mi cuerpo y con nada de volantes ni lazos que pudieran entorpecer mis pasos...

Una vez libre de ataduras, y tras respirar sin dificultades, me puse a buscar la joya. Un collar de plata con un colgante especia... "sobretodo que no se te rompa. Es un contenedor y lo que hay en su interior es lo que es realmente valioso. ¿Donde esta? Ni idea. "

Gracias pirata..

En los cajones del escritorio no iba a estar, pero mire, por que si yo pensé eso...cualquier ladrón podi...no, cualquier ladrón no miraría ahí...y no, no estaba...¿Los libros de la biblioteca? Mirarlos todos seria perder el tiempo pero...aun me quedaba un poco antes del fin de fiesta y seguro que no me iba a resultar difícil encontrar alguno fuera de lugar...

-Vamos hombre, no me jodas...¿en serio? ¿No hay ningún libro que desentone?

Me puse con los cuadros. Viejas damas con caras serias me miraban acusadoras y me disculpe por haberles molestado...hasta que llegué a un retrato que no era como los demás.

No era una vieja dama con cara de amargada y estirada como un palo de escoba.

Era una muchacha joven, una niña de unos catorce años, morena, el cabello suelto, los ojos azules y la mirada triste, con el hombre que estaba abajo ansioso por probarme tras ella, con una mano en el hombro derecho de ella y una sonrisa...

Miré la sonrisa de la niña otra vez, y mi corazón dio un vuelco.

No había tristeza en la mirada.

Era miedo.

Un momento,

Esa joya que porta....

Acaricié el lienzo, acercándome mas para mirarlo de cerca. ¡Era la joya que buscaba!