Vigésima quinta carta.

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Querida María

Encontré una foto de ti y de mí, una en la que estamos felices.

Yo era feliz porque estaba junto a ti.

¿Tú por qué estabas feliz?

¿Sabes? El recuerdo de aquellos tiempos me han llevado a ir a esa antigua laguna, esa que queda a dos cuadras de tu casa

Los patos ya no estaban y tú tampoco, y eso fue lo más triste.

Recordé cuando pasábamos horas y horas riéndonos.

Desde ese momento, incluso desde antes, eras todo lo que yo quería.

Cuando tu alma era pura y real, cuando eras vida.

Ahora...  ya no existe nada de eso en ti.

Y eso me entristece.

Posdata: Aún así no sabrás quién soy.

Posdata 2: El recuerdo es lo único que me queda de ti.

Posdatas para María.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora