La alegría inmensa que sentían en ese momento no les hacia caber en si mismos. En ese momento Izuku estaba recostado en una camilla con la camisa levantada dejando a la vista su abdomen, todavía plano, mientras que su doctor le pasaba el aparato que resbalaba con ayuda del gel. Los cuatro estaban concentrados viendo la pantalla conde mostraba el interior del Omega, al lado de él estaba su Alfa rubio cenizo tomando su mano mientras que atrás se encontraba su otra pareja de ojos y cabello bicolor acariciando su cabeza con cariño. Los tres estaban ansiosos en espera de que el médico hablara.
– ¡Ah! Te encontré. - dijo con entusiasmo y lo miraron expectantes. - ¿Ven esa bolita de aquí? - decía señalando un punto en la pantalla. No pudieron evitar sonreír enormemente al verlo.
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– Es tan pequeño. - dijo en un murmullo el peli verde sintiendo que se le cristalizaban los ojos.
– Haha. Si, lo es ya que solo lleva unas semanas. Pero tiene buen tamaño y todo parece estar en orden. - dijo alegrando a la pareja. - ¿Les gustaría unas copias? - pregunto refiriéndose a la resonancia.
– Por supuesto. - respondió Shōto.
El médico presionó unos botones y luego retiro el aparato de la piel de Izuku dándole un pañuelo para limpiarse. Al esperar unos pocos segundos, salieron unas 5 imágenes de la máquina, las tomó todas y se las entregó al Alfa cenizo para después guardarlas en la mochila de su pequeño esposo. El pecoso acomodo su ropa y se sentó aún en la camilla para escuchar ahora las instrucciones del doctor.
– Bien. - empezó a hablar y los tres pusieron mucha atención. - Como no es tu primer cachorro, ya tienes una idea de como será esto, pero aún así debo decirte desde ahora que tu trabajo como héroe o cualquier actividad física que requiera de gran esfuerzo está prohibida. Los primeros meses de embarazo son cruciales, los primeros 4 meses a lo mucho, mientras aún le falte desarrollarse, después de eso solo bastará guardar reposo. - el peli verde podía sentir la intensa mirada de sus esposos que seguro de ahora en adelante lo trataran como si fuera de cristal.
– ¿Cree que pueda tomar algo para las náuseas? - pregunto. Recuerda su primer embarazo, las náuseas eran constantes e insoportables.
– Puedes. Aunque no en grandes cantidades, puede ser perjudicial para el bebé. Toma algo si realmente lo necesitas. - aconsejó. El Omega asintió.
Estuvieron así un rato más hasta que ninguno tuvo más dudas y pudieron retirarse acordando una cita para el mes que viene.
Ahora estaban caminando hacia la salida del Hospital para ir directamente hacia su auto que habían dejado en el establecimiento. Todoroki tenía sujeto al más bajo de la cintura mientras que este entrelazaba su mano derecha con la izquierda de Bakugō, los tres con una sonrisa imposible de borrar.
– Ya quiero decirle a Yukio. - decía emocionado antes de llegar al auto.
– La mocosa debe estar molestando a tu madre sin poder mantenerla quieta. - comentó imaginandose a su hija saltando y corriendo hasta por las paredes y a su suegra intentando detenerla.
