¿Reparas corazones rotos? [𝓜𝓾𝓮𝓻𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸]

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3

Hoy no hay canción, sorry:c

—¡Anormal! ¡Qué eres un capullo!—A plena luz del día se escuchaba desde luego a un Conway cerca de tatuarle la porra en la piel de Horacio, pero fue detenido por el fiel comisario ruso que siempre le soportaba su mal genio de los cojones.

Habían pasado 2 meses y ya le habían dado finalmente el alta, cosa que prácticamente era la molestia del abuelo al no ser bien informado de la situación, que pues bien, ¿qué cosa no le sacaba de sus casillas? mejor dicho.

—Vamos a ver super nenas, y si Gustabin, también te hablo a ti pedazo de mierda, que de esta tampoco te salvas— dijo mientras imponía bastante su presencia como siempre solía hacer, dejándoles callados al par de novatos—. Si son unos putos informantes que se la pasan entrando y saliendo de comisaría todo el día para hacer el gilipollas, ¿Acaso vuestro cerebro mono neuronal no piensa si quiera que eso canta como una almeja?, y lo increíble es que piensan que así con esa única neurona que tienen creen que pueden llegar a ser maderos cuando ni una puta información valiosa me pueden dar, en hora buena, a que les doy ya la plaquita muñecas—comentó con falso orgullo cruzándose ahora de brazos.

—Mucho texto—respondió el rubio con voz algo baja pero audible haciéndole molestar al superior, igualmente se contuvo y sólo se le acercó mirándole directamente a los ojos.

—¿Cómo dijiste muñeca? Es que desde el marco de la puerta no se te escucha—dijo mientras giraba su cabeza y colocaba su mano en su oreja a modo de querer escucharle, pero este simplemente no respondió nada—. A que no hay huevos ¿verdad Gustabin?, vaya mariconetti— se alejó de este para juntarse de nuevo con el comisario y sacar un cigarro de su cajetilla guardada en el bolsillo, al colocárselo en la boca sacó también un mechero y casi a nada de encenderlo entró el doctor Claudio a la habitación de Horacio, sorprendiéndose por las visitas de su paciente.

—Buen día comisario Volkov y señor super intendente, me complace verles nuevamente por aquí pero usted más que nadie sabe perfectamente que no se puede fumar dentro del hospital—le dijo con el tono tranquilo y tan amable que le caracterizaba mientras se acercaba a Horacio para hacerle un último chequeo y realizar algunos apuntes en el informe de este antes de que se fuera, tal informe ya se lo había hecho una enfermera mucho antes y lo sabía, pero uso esa excusa para hacer un poco más de tiempo viéndole.

—Si coño si, joder, te esperamos afuera para dejarte en comisaría, que del trabajo no te salvas muñeca—inmediatamente salió Conway y detrás el comisario Volkov con Gustabo que ahora se les veía conversando.

—Bueno, como veo que tan solo llegar a comisaría tu jefe estará esperando para explotarte—dijo haciéndole reír al menor y también logrando así que se relajara un poco de lo tenso que se le veía con toda la situación del super, pero Conway ya era cosa que no le afectaba al doctor porque lo veía seguido y conocía desde antes, pues de tanto código 2* y comer suelo llegaba muy seguido al hospital.