Chapter 3

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El sembradío, se miraba más verde que nunca, ese dia todos se habían puesto manos a la obra. Ya que había amanecido, con el solo en todo su apogeo, Eso quería decir, que las lluvias se estaban alejando y ya lo peor había pasado. Yo me encontraba en las escaleras que daban a la puerta principal, viendo como todos, recogían frutas y unos más alejados algunas verduras.

Por alguna razón que en verdad no quería escarbar. Había dormido durante toda la noche, mi cuerpo todavía resentía algún que otro golpe, de la caminata pasada por el bosque, antes de llegar aquí y encontrarme con este grupo de personas.

Aisha y Dorkas son con los que más he convivido, me tratan como uno más. Incluso ya me han dicho sobre el unirme a ellos y quedarme de manera definitiva. Se han mantenido al margen, con respecto a ese tema. Pero en realidad me gusta esto. Estar en la cabaña, era bueno. Pero en realidad no tenía ninguna atadura que me hiciera volver, solo algunas cosas de utilidad.

-Me podrías ayudar Airen, esto está algo pesado y estoy muy cansada – voltee a ver a Aisha quien cargaba una canasta, con un montón de duraznos que, a simple vista, se miraban jugosos.

Camine rápido ya que se miraba la pobre mujer, a punto de un colapso – Oye, me hubieras dicho y te acompaño, que igual buena falta me hace caminar un poco. – la chica sonrió tomando impulsivamente mi cara y darme un sonoro beso en la mejilla.

-No digas nada, aparte te veías tan relajado durmiendo, que mi hombre, me dijo que te dejara ahí - la chica se limpió un poco del sudor, levantándose un poco la camisa para frotarse la cara.

Entramos al interior de la casona directo a la cocina, para dejar la canasta y que Cat se encargara de limpiar los frutos. Él era feliz alimentando a todos los que vivían con él, un poco curiosa su forma de ser, ya que siempre hablaba de comida y de sus anécdotas dentro de la cocina.

Pero era muy entretenido ver toda la interacción, entre todos.

...

Estaba dándome una ducha con agua caliente después de unirme a los demas a recoger cosas del sembradío. Al final había terminado sudando al igual que todos. A pesar del cansancio, obligándome a darme una ducha profunda, ya que tenía más de dos dias sin una, El agua se llevaba todo el sudor y la tierra que tenía pegada al cuerpo. Tambien se llevaba todas mis dudas con respecto a lo que me había dicho Dorkas, todo eso que había pasado y de lo que no tenía conciencia.

No debería preocuparme por eso, algo me decía que cuando supiera todo, sería un gran impacto para mí. Tenía ese odioso presentimiento, aparte ese último recuerdo me hace hacerme todavía más preguntas de las que ya tenía en mi cabeza. Me sobe la cabeza tratando de disminuir el ligero dolor de cabeza que empezaba a formarse.

Salí ya cambiado, con ropa prestada por uno de los chicos. Suspire pasándome la toalla por el mi cabello mojado. Tendría que pedirle a Catriel, que me diera algo para el dolor que tenía en la cabeza. Baje las escaleras y mire que el chico a quien buscaba, se encontraba en la sala, leyendo un recetario de alguno de los estantes.

-Traes una cara horrible, ven vamos a darte algo, para lo que sea que tengas – sonreí, mientras se levantaba Catriel, para tocarme la frente y las mejillas apretándomelas un poco.

-En realidad tengo un dolor de cabeza horrible que me empezó a dar en cuanto me metí a la ducha – el chico regordete me tomo de la mano y me llevo hacia un cuarto, donde tenían abarrotado de medicinas y de otras cosas. Era un poco intimidante ver todo eso – ¿De dónde sacan todo esto?

-Algunas cosas ya estaban aquí, otras las traen los chicos cuando van en busca de comida – Catriel tomo una caja y saco una pastilla, dándomela mirándome a los ojos – Tómatela, si te sigue doliendo me dices y vemos que otra cosa podemos hacer. Tengo muchos remedios, que una pastilla simple no cuide. Aparte son más efectivos.

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