Ｕｃｈｉｈａ Ｆｌｏｗｅｒ [Sasuke Uchiha]

[8]

“Cada vez que pienso en ti,  no puedo evitar sonreír ”

Hacia ya casi dos años desde que el pelinegro partió de Konoha para realizar un viaje.  Durante ese tiempo había conocido nuevas aldeas y lugares que jamás imaginó, también aprovechó para pensar sobre su vida.

Decir que no se arrepentía de sus decisiones seria mentira.
Sasuke se arrepentía sobre muchísimas cosas que hizo durante su vida como shinobi, ahora entendía todo lo que sufrieron sus amigos con su propio egoísmo.

Nunca se imaginó que el estar cegado por su venganza produciría tanto daño.

Porque no solo le causo daño a los demás, si no que también a él. Entendía que se habia descuidado tanto a si mismo que nisiquiera podia reconocer a su yo de 19 años como la misma persona que su yo de 8 años.  Sin duda Sasuke habia cambiado tanto que le costaba entender en que momento paso el tiempo.

Aun no se sentia listo para volver a la aldea,  si bien sabía que era su responsabilidad volver en algún momento,  tenía cosas que le faltaban ver y muchas otras en que pensar.

Al parecer sus amigos debian esperarlo un poco más.

En esos momentos se encontraba descansando bajo la sombra de un árbol  cerca de una pequeña aldea. Ya habia comido su almuerzo y en esos momentos solo tenia ganas de quedarse bajo esa fresca sombra y disfrutar del tranquilo ruido que había a su alrededor.

Cerró sus ojos cuando escucho la risa de unos niños a varios metros de él,  cuando el llegó a ese árbol había notado que el grupo de cinco pequeños se encontraban jugando a quién sabe qué. Las risas y gritos que estos pegaban estában lejos de molestarle,  tal vez en otro momento los hubiera ahuyentado para descanzar en paz pero ahora no quería hacerlo,  le costaba admitirlo pero tanto bullicio por parte de los pequeños le recordaba a su equipo 7.

-Eiji devuelveme mis dulces! -se oyó la voz de una niña.

Una sonrisa se poso en el rostro serio del joven en el momento que un recuerdo vino a su mente.

Dos niños de siete y seis años se encontraban sentados en el pequeño muelle frente al lago, ambos estaban descalzos y mecian sus pequeños piés en las frias águas.

Estaban esperando a que sus hermanos mayores volvieran de alguna misión por lo que decidieron esperarlos en el muelle. El niño miro por el rabillo de sus ojos a la pequeña que se encontraba junto a él.

Hana tenia una linda sonrisa en sus labios, sus ojos estában cerrados y sus ondulados cabellos negros se movían junto con la suave brisa de verano. El sol pegaba con todo su resplandor pero, ante la vista de Sasuke, este se veía totalmente opacado con la belleza que desprendía la niña.

Algo se revolvió dentro de él al ver lo bonita y relajada que estaba la menor,  de pronto sintió unas enormes ganas de que los oscuros ojos de la niña esten posados en él. Sonrió con malicia al notar que entre ambos cuerpos,  sobre el muelle de madera,  yacía la pequeña bolsa llena de dulces que la menor siempre cargaba con ella.

En un rápido movimiento logro tomar la bolsita entre sus manos,  la niña al sentir un repentino movimiento a su lado abrió los ojos y miro curiosa al niño. Sasuke ahora se encontraba parado y miraba con burla a la pelinegra mientras movía su mano,  la cual sostenia la bolsita,  de un lado a otro.

Como si de un rayo se tratase la niña ahora se encontraba parada y pegando saltitos para tratar de llegar a sus preciados dulces,  estiraba una de sus manos mientras con la otra se sostenia del brazo del pelinegro para tratar de llegar más alto.

Porque Sasuke no solo era mayor en edad,  si no que también lo era en altura.

Si bien ambos sabían que la niña era mucho más fuerte que él, ya que esta estaba a nada de graduarse de la academia cuando Sasuke nisiquiera habia entrado,  también sabían que Hana era incapaz de herir a el mayor. Ella lo adoraba y jamás podría pelear contra él,  al menos no con todas sus fuerzas.

-SASUKE UCHIHA DEVUELVEME MIS DULCES!