1 EL ENCUENTRO

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Todo iba normal en el día de Jack Conway, como siempre un día triste y solitario, pero eso era lo normal en sus días.

Estaba revisando los informes que habían hecho los comisarios Greco y Volkov  sobre los alumnos y oficiales, cuando de repente le llega una alerta de un código 3 (atraco), deja todos los papeles incompletos en su escritorio y se dirige hacia el estacionamiento de la comisaría para coger un Z (vehículo policial).

Se sube en el patrulla con dirección hacia el atraco que iba a ser en el badulaque central, siente un calor recorriendo su cuerpo, con la satisfacción de por fin tener algo interesante.

Se mete en la radio avisando que va a acudir al código 3 en progreso. Llega al badulaque  donde se va a realizar el código 3, se para en frente de la puerta de la entrada esperando respuesta de los atracadores para comenzar la negociación. Delante de el aparece un hombre aproximadamente de 1.75 metros de altura (ni alto ni bajo), Conway lo mira de pies a cabeza esperando respuesta de aquel hombre.

Después de un tiempo el hombre decide hablar- Buenas tardes,¿ que hace usted por aquí hoy?-Conway se da cuenta que esa persona era del tipo de persona que lo sacaban de quicio; burlonas y vacilonas.

Conway procede a contestarle en tono serio- ¿Vamos a empezar a vacilar tan pronto mariconetti?- El atracador se sorprendió del tono y forma de la voz con la que hablaba el policía, no lo conocía ya que hace poco que el y su amigo habían llegado a la ciudad y habían decidido robar un badulaque.

-Que voz- Dice Gustabo en un tono burlón- Y si, empiezo así para romper un poco el hielo, ¿no le parece bien?-Gustabo sigue hablando antes de que el Superintendente tenga tiempo de responder- Anda hombre que la vida solo es una- Leónidas se ríe de lo que dice Gustabo y le contesta- Si Suphee, el atracador tiene razón- Conway voltea a ver a Leónidas con una mirada desafiante advirtiendo que tenga cuidado con lo que dice. A pesar de traer las gafas puestas Leónidas siente la penetrante mirada de Conway y rápidamente se detiene antes de decir otra cosa.

Gustabo se queda viendo la escena frente a sus ojos- Coño, ¿empezamos de una vez o qué?, me estoy durmiendo- Conway resopla y piensa: ya estoy mayor para estas jilipolleses, lo que no era del todo cierto, ya que Conway era más jovencde lo que aparentaba ya que tenía 39 años. Conway entonces decide hablar- Vale, ¿que quieres capullo?

-Yo creo que quiero muchas cosas, pero una de ellas es una huida limpia, ¿qué le parece?, primero quiero que me quiten los bloqueos.

-Está bien, saca de una puta vez al primer rehén y apresúrate que no tengo todo el puto día- Algo pasa dentro de Gustabo, algo que no comprende, la forma de hablar del hombre frente a el le está excitando de una forma muy rara pero lo está exitando.

Siguen negociando hasta por fin terminar, Coway había estado pensando mucho en que le parecía un poco atractiva la apariencia de aquel sujeto, ya que vestía de una forma elegante, como la de su estilo,con corbata y todo, pero dejó de pensar pronto en eso, ya que no le van los hombres, además de que era la primera vez que pensaba algo así y no se lo podía permitir.

Con todo ya acordado Gustabo y Horacio salen del badulaque en dirección a un coche claramente robado- Vamos Horacio, tranquilo que no pasa nada, así conseguimos un poco de pasta para poder comer- Le dice Gustabo a Horacio en voz baja en lo que se montan en el vehículo, a lo que Horacio responde con una sonrisa un tanto incómoda.

Conway después de soportar toda la negociación, por fin se emociona gracias al comienzo de la persecución, pero el pensaba que no iba a durar mucho ya que el otro hombre con el que no había hablado  iba a ser el conductor, y se le veía un poco nervioso a través del pasamontañas, también se le notaba cuando caminaba, ya que las piernas le fallaban.

Conway iba detrás de la moto que conducía Leónidas, y atrás de Conway venían dos alumnos en binomio. La persecución iba bien, solo con los alumnos un poco desorientados, pero nada más, hasta que las sospechas de Conway se cumplieron- Se la pegaron- dijo Conway por la radio, con una voz un tanto burlona- Lo sabía, que idiotas- Se escucha a Leónidas burlarse de ellos, hasta que su risa se frena en seco y cambia por un quejido- Supheee, que me eh caído de la moto, ayuda.

-Tenía que ser Justin, si que eres jilipollas, vete a tomar por culo- responde el Superintendente enojado.

Baja del coche con la pistola en manos- Bajad de ahí anda, capullos de mierda, tan idiotas sois que ni si quiera escapan sin pegarse contra la puta farola- dice burlandose de ellos, pero siempre con un rostro serio.

-Vamos Horacio, vajemos, ya la cagamos.

-Perdón Gustabo, estaba muy nervioso.

-No hay problema Horacio no es tu culpa, es la mía, solo que era la única forma de conseguir dinero para esta noche, ya veremos como nos las apañamos.

-Dejad de hablar y levantad las putas manos, pónganles las esposas- les dice el Superintendente a los alumnos, abre las puertas del patrulla y los sube en ella- Voy a proceder a leerles  sus derechos- En lo que Conway les lee los derechos Horacio empieza a llorar- Gustabo no quiero ir a la cárcel.

-No te preocupes Horacio, Hubiera venido yo solo- Gustabo le dice a Horacio, susurrando lo último.

El superintendente ignora su conversacíon hasta llegar a comisaría.

Llega por la parte trasera de comisaría, baja del patrulla y orcede a bajar a Horacio y a Gustabo- Contra la pared supernenas

-¿Tiene la necesidad de insultarnos cada vez que dice algo?-Pregunta Gustabo irritado, conway omite la pregunta y vuele a hablar- Voy a proceder a cachearles, pongan sus piernas en V, a lo que Gustabo no puede evitar vacilar de nuevo- Entonces necesitaría ponerme al revés, yo lo haría, el problema es que no puedo- Levanta los hombros y sonríe- Ya cállate capullo- Conway procede a quitarles la máscaras, primero a Gustabo y luego a Horacio- Dense la vuelta- A Conway se le hace un nudo en la garganta al ver al rubio con los ojos más azules que ah visto, Conway piensa que ese hombre es muy apuesto, pero luego descarta el pensamiento, ya que cree que no tendría que pensar eso. Después de un tiempo de inspeccionar con la mirada a Gustabo, voltea a ver a Horacio, que parece como un niño pequeño llorando porque está asustado, lo que es raro, ya que es bastante alto y algo corpulento- ¿A ti que te pasa niño de mami?- Luego de Conway decir eso Gustabo interviene- No diga eso, él es muy sentimental, si ya está llorando, lo va a poner peor.

-Tu no te metas rubito- Conway los lleva a interrogarlos,  después de ponerles las multas y luego los lleva a las celdas. Por si acaso Conway los deja en la misma celda, ya que piensa que son hermanos, y el rubio puede consolar al crestas.


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falling in love || intenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora