★ Chapter two ★

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★Narra Rubius

Al entrar a su mansión nos dirigimos a la cocina, donde me senté en uno de los bancos que estaban al lado de la isla.

-Perdon, se me olvidó por completo que vendrías...- Dijo mientras veía los agujeros de mi sudadera rodeados de sangre y sacaba de un cajón algunas vendas- Sácate la sudadera, te voy a curar- al decir eso me miró.

No se porque, pero últimamente cada vez que Vegetta me miraba sentía como mi corazón se aceleraba y mis mejillas se empezaban a calentar, instintivamente miraba cualquier otro lado que no fueran sus ojos.

Tal vez pasaba mucho tiempo con el...

-N-no hace falta Vege, no me duele..aah!- al decir eso Vegetta preciono una de esas heridas haciendo que un jadeo de dolor saliera de mis labios.

-¿En serio?- dijo mientras se sentaba en frente mío y me miraba con mala cara.

Sabía que no lo convencería de que estaba bien, por lo que me saque la sudadera y estiré mi brazo hacia él.

Empezó a limpiar y vendar mis heridas, y yo no hice más que mirarlo detenidamente.

Se veía muy cansado y realmente mal, era la primera vez que lo veía de esa forma.

Tan destrozado, no me gustaba para nada verlo hací.

-¿Ya me dirás qué te sucede?- Al decir eso Vegetta detuvo por un momento sus movimientos para después seguir curandome, pero de todas formas no me respondió.

-Vege te estoy hablando- dije mientras me empezaba a desesperar, realmente me sacaba de mis casillas esa actitud-Vegetta…- y sin soportarlo más lo tomé de los hombros sacudiendolo para que me pusiera atención, y al final de cuentas la conseguí.

-¿Qué no me escuchas?, Te pregunté que te sucede- Vegetta me miró sorprendido, pero no respondió mi pregunta- Te puedo ayudar en lo que sea,ya lo sabes Vege…-Dije mientras buscaba su mirada.

-Es solo una tontería Doblas…-Dijo con hilo de voz.

-Una tontería no te pondría asi- Respondí un poco molesto, de verdad odiaba que no me quisiera decir, sentía que no confiaba en mí,  sentia que era un desconocido.

Pero de nuevo no tuve ninguna respuesta.

-¿En serio no confías en mí después de tanto?-Dije algo desanimado, me ponía triste pensar aquello.

-No! No! Claro que confió en ti - después de eso dió un gran suspiro- Lo que pasa es que… Es solo que ayer después de que te fueras, Willy vino a mi casa y… me dijo que...-  se quedó callado por un momento mientras sus hermosos se llenaban de lágrimas, ante esto yo solo me acerque a abrazarlo, mientras vege recargaba su cabeza en mi hombro- Es novio de Fargan…

Y después de esas palabras entendí todo.

 Sabía que Vegetta estaba enamorado de Willy desde hace años, pero que nunca se atrevió a declarar su amor por miedo de no ser suficiente para el, algo que me sorprendía, ¿cómo alguien como él no sería suficiente para alguien?

Algo dentro de mi se destrozaba por ver a Vegetta en ese estado, y otra parte estaba enojada con el chino feo por no darse cuenta de el amor que Vege expresaba hacía él.

Pero una parte de mi lo entendía, me había pasado lo mismo, por lo que sabía lo que sentía.

-Tranquilo Vege...yo te entiendo- Dije mientras acariciaba su cabello- se que duele, pero con el tiempo ese dolor se convertirá solo en un recuerdo, y te volverás a enamorar, pero está vez de alguien que corresponda tus sentimientos, y que ame cada parte de ti, tal vez tarde, pero llegará, y serás muy feliz, te lo prometo..-Al decir aquello  lo tomé del mentón y empeze a secar sus lágrimas con mis dedos.

En un momento sus ojos y los míos se encontraron, haciendo que las mejillas de vegetta se volvieron de un color carmesí, mientras fijaba su mirada a otro punto de la habitación.

No sabía que significaba eso, tal vez no le agrado que secara sus lágrimas.

-Gracias Rubius... agradezco tus palabras-Dijo mientras se separaba de a poco de mi y se levantaba- yo… estaré bien, lo prometo…- al decir aquello solo se dirigió a la cocina y empezó a sacar todo tipo de alimentos- Que tal si cocinamos algo para comer- Dijo mientras sonreía.

-C-claro Vege- me había sorprendido el cambio de actitud tan repentino….

Después de la comida ayude un poco a Vege en la construcción de su casa mientras intentaba distraerlo un poco de sus pensamientos.

Después de eso me dirigí a mi casa un poco preocupado por el, pero sabía que estaría bien.

 

¿También tienes los mismos sueños?- RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora