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Se cree que exponer a una mujer embarazada a la luz de un eclipse hará que los niños nazcan con el paladar hendido o labio leporino.
Esta creencia se atribuye a la mitología azteca. La gente de estos pueblos antiguos creía que los eclipses ocurrían porque la luna había recibido un mordisco. Producto de las fuerzas celestiales que se manifestaban de una manera muy extraña en ese momento.
Si la mujer embarazada veía el eclipse, el niño recibiría un mordisco en su boca. Se colocaba un cuchillo de obsidiana sobre la barriga de la madre si esta tenía que salir la noche del eclipse.
Esta creencia ha seguido por muchos siglos, solo que hoy en día, en el folclóre mexicano se ha reemplazado la espada por usar una llave o un pin de metal como protección para la mujer embarazada.
