Esta bien ayudar siempre y cuando sepas estar al límite de todo.
Pero si tú pasas ese límite, ¿Las consecuencias serán solo para ti o para el resto también?
Todo se complica cuando el amor interviene, si nadie me detiene, ¿Qué haré?
•••
Cruel tenta...
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Sonic.
Muevo mis pies nerviosos colgantes en el acantilado.
Oh si, han pasado diez minutos pero me da pánico lanzarme.
¿Pensar como es la muerte? ¿La vida después del último pitido de aquella máquina?
Mis ojos cansados quieren cerrarse para no volver a abrirse nunca, o al menos, no abrirse hasta que todo se calme.
La prensa me olvide, yo mismo olvidar mis demonios internos, demonios que me llevan a cometer esto.
Cierro los ojos.
— Cuento hasta tres y salto...
Uno...
Dos...
Y tres.
...
Es un lindo día, ¿no?
Muchos dirán que si, el sol brillante se hace aparecer, pero a mi me costara decir que todo está lluvioso.
O al menos, es lo que mi rostro y mis ojos perciben.
Las lágrimas saladas aparecen, ¡Qué novedad! Abrazo mis piernas, y aunque las intento rasguñar no tiene caso.
Al diablo todo, espero recibir una buena bienvenida en el infierno.
Me levanto de donde estoy sentado, ¿Quien diría que terminar mi vida me pondría tan nervioso?
En tiempo anteriores esta caída con mala suerte me haría un rasguño, se que porque me he descuidado esta caida ahora debería ser más que capaz de romperme el cuello.
Seco las lagrimas de mis ojos, dejo mi mochila con mis pertenencias en el suelo quemado de madera.
Ahora si, creo que estoy listo.
La adrenalina empezó a correr por mis venas, ya no me importa nada.
Tres
Dos
Uno
Supongo aqui diría adiós mundo de mierda, pero muy repetitivo y cliché la verdad.
¿No seria mejor...?
— Jodanse todos.
Me incline hacia adelante, supongo que aquí acaba todo.
— ¿¡Como que yo también!? ¡Crei que si me querias!
Jala mis hombros hacia atrás, haciéndome caer de espaldas. Ella parece ignorar que casi me mato, solo se dedica a abrazarme con cuidado.
Yo solo me acomodo en su hombro y lloró como un completo imbécil.
