Por fin era agosto y Crowley llevaba ya más de un mes despierto. Más de un mes terrible y transcendentalmente aburrido, por supuesto. El pobre demonio había pasado un mes entero encerrado en su piso, gruñendo y maldiciendo a sus plantas. Si por él fuera estaría dormido, pero esto era imposible por dos razones: Primero, se le facilitaba dormir después de una buena comida, pero no tenía hambre, y el segundo era que estar tanto tiempo sin oír o saber de Aziraphale era extraño, tanto que prefería aburrirse, pero poder llamarlo, a dormir y no saber del Ángel.
- Sssssshit - siseo mientras se sentada en su gran silla. Daba la impresión de que era un rey. - Alcohol, necesito alcohol.
Por supuesto, emborracharse era la mejor solución a su problema de aburrimiento. "Todo es más divertido si se está ebrio" es lo que el demonio pensaba mientras llenaba su copa...Y ese pensamiento se reforzó cada vez que el cristal tocaba sus labios.
La manecilla del reloj que marcaba las horas dio varios pasos, exactamente 6, el mismo número de botellas vacías que había en el gran escritorio.
Crowley había sido el inventor de las selfis, todo el infierno sabía de eso. Pero lo que muy pocos sabían era que las redes sociales también fueron idea de Crowley: un lugar gigante donde varias personas convivían diariamente, lo que provocaba muchas situaciones graciosas o vergonzosas (y en el peor de los casos, estúpidas o mal intencionadas) que realmente divertían al demonio ¡No por nada tenía una cuenta en cada red social existente!
- Vamosss a ver qué idea tonta tienen los humanosss ahora- siseó claramente borracho. Tomó su celular y abrió la aplicación de FB- Oh.
El demonio se sorprendió genuinamente al ver la nueva moda que estaba circulando: casarse falsamente con algún amigo o, si eras uno de esos afortunados, pareja. Y bueno, todos saben que los demonios, sobre todo los que tiene las mente nublada por el alcohol, no tienen las mejores ideas del mundo. Solo que había un pequeño, pequeñísimo, problema: Crowley no tenía pareja ni amigos, ni siquiera tenía un mísero conocido... Bueno, técnicamente SÍ tenía a alguien, su mejor amigo, Aziraphale, pero él era un ángel ¡Y por Satán! Todos sabían que en el cielo el matrimonio era algo realmente importante. No sentía correcto jugar con ese tema con él... O al menos ese habría sido su razonamiento si estuviera sobrio.
- No es como si lo fuera a saber - se dijo a sí mismo mientas se disponía a rellenar el formato de la página.
Aziraphale tenía un correo electrónico. Por supuesto que no lo utilizaba, pero lo tenía. Crowley se lo había creado cuando jugaban su papel de niñera y jardinero, ya que la señora les había dicho que necesitaba contactarse con ellos por este medio. "azira_fel@gmail.com" era la dirección electrónica.
- Ngk - soltó mientras se enfrentaba a su peor enemigo: la contraseña. Ya había intentado las comidas favoritas del ángel, fechas importantes del Cielo y otras cosas más que realmente no tenían mucho sentido. Fue justo en ese momento que recordó que Aziraphale era un experto en fechas, fueran relevantes o no, que tenían que ver con ellos dos; como aquella vez que Crowley le preguntó que comida le debía de esa ocasión en Francia y el ángel le contesto sin dudar "París, 1793". - Soy tan malo con estas cosas... - susurró de mal humor el demonio mientras intentaba recordar los encuentros más importantes que habían tenido.
La lista era corta, pero lo suficiente larga como para que el pelirrojo se frustrara de la cantidad de opciones. Solo tenía una oportunidad más, tenía que ser cuidadoso.
- Que sea lo que el Infierno quiera- murmuró mientras escribía "Bretaña1940". Se había decantado por esa fecha, aquella en la que había salvado a Aziraphale y sus libros de los nazis. Milagrosamente, funcionó. - Ngk - masculló el demonio, estaba altamente avergonzado. - Estúpido ángel cursi.
Y ahora que ya tenía el correo abierto era hora de aceptar la "propuesta". Con el nerviosismo propio de hacer una travesura, aceptó.
- Wahoo - se dijo Crowley, aún borracho, mientras veía el "certificado" frente a sí. Sin dudarlo lo descargó e imprimió, sería un bonito recuerdo de sus fechorías.
-_-_-
En la librería, Aziraphale acomodaba su nueva colección de libros infantiles; fábulas, poemas y cuentos para pequeños reposaban en las delicadas manos del ángel.
Sin embargo, de repente, tal como si fuera un milagro, un sobre bastante grande apareció en la librería, cerca de la puerta.
- ¿Oh? - soltó el rubio mientras se acercaba curioso. El paquete, envuelto en color café, era un poco más grande que una hoja de papel y tenía una pequeña nota pegada que leyó en voz alta- "Con esto ya no podrás negar que estamos en el mismo lado, ángel".
Con la curiosidad creciendo, rasgó la envoltura que lo separaba de su objetivo. Sintió como el aire se le iba momentáneamente al ver el contenido. Un certificado, un certificado de matrimonio. Claro está que era falso, pero... El asombro seguía allí. "Seguramente estaba borracho" pensó divertido; Crowley era bastante ingenioso en ese estado. Tomó la impresión con cuidado de no doblarlo y sonrió.
- A veces me sorprendes, Crowley.
-_-_-_-
Cuando Crowley por fin pudo ir librería de su amigo, sintió que se desmayaba de la sorpresa y vergüenza; ahí, frente a él, un certificado bellamente enmarcado colgaba de la pared con total orgullo.
- Á-Ángel ... Nnngk... Quiero decir. Quiero decir... Ngk - el demonio se estaba tropezando con sus palabras.
Aziraphale observó divertido al caos que era Crowley en ese mismo instante: su rostro era casi tan rojo como su cabello y sabía que sus ojos, atrás de esos lentes oscuros, se debían estar moviendo nerviosamente. Rio. Con ganas de molestarlo un poquito, sus labios pronunciaron:
- Es la prueba de que estamos en el mismo bando, querido "esposo" - y sonrió.
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Certificado de matrimonio
FanfictionCrowley está aburrido, borracho, encerrado en cuarentena y con un celular entre sus manos. Los humanos últimamente han hecho un "certificado de matrimonio" falso, y se están casando con sus mejores amigos o pareja. Es así como un demonio borracho pl...