II

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[EDITADO]

Después de ese día, todo transcurrió de manera completamente diferente, al parecer la vieja barista había renunciado, por lo que yo tomé su puesto.

El chico pelirrojo (¿O pelinaranja? Lo que sea) seguía viniendo a el café, a veces después de tomar su orden me preguntaba algunas cosas, como por ejemplo
"-¿Que tal va tu día? "
"-¿Como estás? "
"-¡Te ves maravillosa hoy!"
"-¿Disfrutas tu trabajo?"
A lo qué se veía era un poco curioso... bueno, no un poco, mucho.
Había algunos días en los que no venía, pero era un cliente usual.
Realmente es agradable y transmite vibras positivas.

Hoy era un día común, los clientes venían, los atendía, entregaba la orden, se quedaban o se iban. Eran justo las 8:00 p.m., la verdad me encontraba agotada.
Para mi buena suerte, pronto terminaría mi turno.

El chico pelirrojo entró y se acercó a mi

Buenas noches! ¿Como ha estado tu día hoy?.- Pregunto con una sonrisa marcada en su bello rostro...No voy a negar lo que es obvio, es muy atractivo, aunque debería de comenzar a dejar esos pensamientos de lado.
-Buenas noches, ha ido bastante bien... gracias por preguntar, ¿como ha ido el suyo?.- respondí amablemente.
-Hm, la verdad bien jeje..-
-Me alegro.- Respondí- Bueno, ¿que le gustaría ordenar?.-
-Me gustaría un simple café americano, sería todo.-
-Muy bien, en seguida.-
-Oye, ¿crees que cuando acabes podamos charlar?-

Oh vaya, ¡Me había olvidado por completo! Desde hace poco más de una semana ya me había pedido charlar, y lo dejé pasar. Soy una verdadera idiota.

-Lo siento, lo había olvidado... Si, está bien.-Sonreí tratando de ocultar mis nervios.
-Genial, entonces... Te esperare en aquella mesa.- Señaló hacia una mesa y yo asentí.

Había pasado una hora, y por fin había acabado mi turno.
Procedí a acercarme a aquella mesa, en lo que los demás se retiraban.
Al llegar me senté y el chico pelirrojo levantó la mirada, seguido de esto sonrió y comenzó con un:

-Hola, ¿qué tal estuvo el turno?.-
-La verdad agotador... pero no hay problema, todo bien.- Creo que empiezo a entender el dolor de la antigua barista.
-Me alegro.- ¿Se alegra de mi sufrimiento?..
Un incómodo silencio se formó entre nosotros... Realmente ninguno de nosotros decía nada... ¿Digo algo?, ¡Si seguimos así me pondré nerviosa y haré o diré alguna estupidez!
...

El silencio seguía, no me atrevía tampoco a decir nada. Y cuando salí de mis pensamientos acerca de que decir, noté que el pelirrojo estaba viéndome, con aquellos ojos color esmeralda... FIJAMENTE.

-Que, ¿Bueno charlar y querias? - Solté, ¿Que chingadera acabo de decir?
-que
-¿Que?.-Sonreí nerviosamente, estaba tratando de si quiera procesar lo que había dicho.- ¡Lo siento, quise decir...-
-No pasa nada.- Dijo estallando en carcajadas. Su risa era linda, voy a admitirlo. Parecía hiena, pero me pareció lindo.
-Bueno, ¿Que querias decir?
-Oh si.- Dijo limpiando las lagrimas provocadas por la risa y reincorporandose.-
Lo que pasa es que eres una persona que se ve bastante interesante, y me gustaría ser tu amigo. Si no es molestia...- Al decir lo último bajo un poco su mirada.

Ese comentario de alguna manera u otra me halagó. Una persona interesante... ¿eh?

-No, no es una molestia.- De inmediato pude ver como levanto de nuevo su mirada con una sonrisa.
Bien! Entonces, ¿cual es tu nombre?.-

Se veía que no sabía muy bien lo que estaba preguntando... Después de todo, tenía un gafete que decía cual era mi nombre claramente.
Vi de reojo mi gafete, devolví mi mirada hace él, arqueé una ceja y me reí levemente. Pude notar una mirada de confusión en el pelirrojo, después miró mi gafete, seguido de eso río con nerviosismo.

Creados para encontrarnos (Yeong Gi Hirahara y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora