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Las pequeñas olas chocan contra ella repentinamente, pero eso no le importa, solo disfruta las leves caricias de la espuma del mar en su delicada piel desnuda, mientras se deleita con el salado aroma que inunda sus fosas nasales.
Un pequeño toque un poco más frío que el agua la hace girar encontrándose con aquel ser que la hace sentirse tan bien, aquel ser que se encuentra brillando como si de un diamante se tratara logrando embobarla, más de lo que ya está.
Sin pudor e con inocencia pura se acerca al vampiro abrazándolo por el cuello y pegando su cuerpo al de él, sintiendo las olas chocar contra su espalda mientras hace rozar su labios, logrando que por primera vez el inicie aquel dulce beso entre los dos sobrenaturales.
Solo el mar es testigo de los sentimientos encontrados de parte de ambos, los acuna con sus aguas mientras se dan solo caricias inocentes y dulces besos uno al otro.
-Cómo te has sentido?- pregunta el chico con su voz aterciopelada viendo a la ninfa salir del baño ya vestida para ir a explorar-
-Es increíble- suspira mirando el océano- sentí una energía nueva llenando mi cuerpo, no es exactamente igual de fuerte que cuando estoy en los riachuelos o lagos, pero sin embargo el simple hecho de que sea agua logra vigorizarme, además de que el mar con sus olas me parece simplemente relajante -
Mientras ambos seres se preparan para explorar el bosque cerca suyo, el clima les hace una mala jugada. Así empieza una tarde lluviosa, impidiendo la expedición.
-Oh- el vampiro besa su tierno puchero de decepción-
-Podemos hacer algo divertido -
-Como que-pregunta mientras se quita los zapatos y la ropa sin ningún pudor quedando en ropa interior- me prestas una camisa?- después de la aprobación del mayor busca la camisa más grande y manga larga de él, bajo la atenta mirada de este, quien no se pudo resistir a admirarla-
-Hay juegos de mesa-
Y así fue como terminaron en el piso de la sala jugando monopolio, entre risas y besos, mientras el banco del juego supuestamente es un pequeño delfín de peluche que había en la cama.
-Gané - dice el vampiro después de hacer su cuenta-
-Qué?, imposible - la chica mira las cifras indignada- no he terminado de contar, espera-
-No vale, estas contando las casas- el vampiro sonríe burlonamente viendo lo concentrada que se encuentra-
-Vampiro tonto, en las reglas dice que el costo de las casas cuentan-
Rápidamente vuelve a hacer la cuenta- listo, 150.655 monopolys -
-JA!!, gane- tira todo al tablero- 240.510 monopolys , te dije que comprar muchas casas era buena idea- se sienta en el regazo del chupasangre- ahora tienes que hacer lo que yo te diga-
-Que desea la ganadora?-le da un pico-
-Primero, quiero que me traigas mucho, mucho, muchísimo de ese delicioso manjar llamado chocolate-
-Como desees- con su velocidad la deja en el piso y busca en la cocina el dulce favorito de su chica-
Cuando regresa nuevamente la pone en su regazo y le da el chocolate, ella sin perder tiempo abre la envoltura y empieza comerlo. Una idea loca pasa por su inocente mente, y luego de saborear un trozo del dulce voltea su cabeza y le da un beso a Edward, un beso necesitado y duradero.
El vampiro lo disfruta y siente un nuevo sabor que no son los labios de su chica, siente el sabor del chocolate y eso lo hace confundirse. Se supone que él no puede sentir los sabores. Se separa rápidamente mientras su mente está hecha un lio.
-Qué pasa?- pregunta la ninfa, él nunca se había separado así de un beso-
-Pude sentir el sabor del chocolate- Dione lo mira sorprendida-
-Cómo?-
-No, no tengo idea- luego cae en cuenta- tal vez, estar contigo me hace un poco humano, si te das cuenta, no he tenido la necesidad de tomar sangre, por un buen rato, es raro -
-Puede que sea eso - le sonríe- ¿por qué no intentas cenar conmigo algo?-
-Vamos entonces-
Luego de cocinar entre risas, llego el momento de servirlo. Edward estaba algo inquieto por lo nuevo que estaba experimentando. Claramente Dione se dio cuenta y le dio un beso en la mejilla y una de sus adorables sonrisas.
Habían preparado algo sencillo, cerdo con vegetales y puré de papa.
El primer bocado lo dio Dione, y luego de ese otro y así sucesivamente, mientras el vampiro solo miraba su comida, por alguna razón, el olor que desprendía era delicioso, así que sin pensarlo más lo probó.
Mmm
El sabor de aquella comida invadió su paladar y lo hizo suspirar de satisfacción. No recordaba lo delicioso que era la comida humana.
Y lo pudo confirmar, eso no le había pasado antes, Dione es la causa de que este experimentado aquellos cambios. No estaba enojado, al contrario, está totalmente agradecido.
Dione miraba la escena con una gran sonrisa, la cara de satisfacción de él la hace sentir alegre con solo saber que aquella felicidad y oportunidad de comer del vampiro, es a causa suya, aunque no supiera la razón.
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¿por que creen que le sucede esto a Edward con Dione?
