Quererte hasta que duela.

Capitulo 20 : Reconciliación.

Narra Alice :

Despierto como todas la mañanas gracias al ruidoso y molesto despertador.

+¿Callate ya no? - le grito al despertador.

-Hermanaa no hables sola - se oye desde la habitación de al lado.

Nos arreglamos y bajamos, Nora esta bajo esperándome ella y yo ya nos llevamos como antes.

Vamos los tres en autobus.

Al llegar Arthur se me queda mirando.

+¿Te vas a quedar ahí mirando o me vas a saludar? - le digo.

-Si me dejas mirarte yo encantando - me dice fijando su mirada en mi culo.

Sigo andando indignada.

Subo a clase y bueno una clase tranquila y sin ninguna molestia.

Acaba la clase y nos vamos al descanso.

Corro y corro hasta chocar contra un cuerpo fuerte.

-Morena ¿ya estamos como el primer dia?

+Se ve que no te gusto conocerme.

-No hay nada que me haya gustado mas que eso - me dice agarrandome muy fuerte del brazo.

+¡Para! Me haces daño.

-Este dolor no es comparable con el que tu me causas cada vez que te veo.

+Pues guárdate ese dolor para ti solo.

En ese momento suelto mi brazo de su mano y me voy poniéndole mala cara.

¿Quien se cree para hacer eso?

Poco a poco las clases se acaban y me voy a casa tan normal como todos los días.

Llego y no hay nadie en casa.

Al fin estoy sola para fumar sin nadie que me vea.

Salgo al balcón.

Mientras me fumo el cigarrillo aparece Arthur con su estúpida sonrisa.

-Eyy rapunzel lanza tu pelo para que pueda subir.

+Largate.

-¿Estas fumando? - Pregunta gritando para que le oiga.

+¿No ves el humo o que?

-Hombre desde aquí no se ve ¿me dejas subir no? - sigue gritando.

+Anda pasa.

Le abro las puertas de bajo y la de arriba, corriendo me coge y empieza a besarme el cuello.

+Para fiera. - le digo para que se aleje de mi cuello.

-Déjame que siga, lo disfrutaras.

+Va a ser que no. - le paro.

-Que mala eres. - se rie.

+Malo eres tu en la cama.

-Aun no me has probado. - me dice guiñandome el ojo.

+Tampoco quiero.

-Tu te lo pierdes.- dice agarrándome de la cintura.

+Yo no me pierdo nada. - le digo besándole sin lengua, un beso cortito.

-No te entiendo, fumas, bebes y tienes muchos altibajos con todo el mundo.

+Mientras yo me entienda...

-Yo quiero poder entenderte. -me abraza fuerte.

Cojo otro cigarro, solo me queda uno y me lo fumo.

Empiezo a jugar con el humo y Arthur empieza a fumarse otro.

Él se une a jugar con el humo.

Hacemos círculos y formas distintas.

Ahora que los dos fumamos no habrá ningún problema entre nosotros.

+Pensaras que soy idiota pero cada vez que me miras me vuelves loca, loca al ver como tu cigarro encendido cuelga de tu boca. - rompo el silencio.

-No pienso que eres idiota pienso que eres perfecta de todas las formas tanto recien levantada como arreglada.

+Entonces ¿Arreglado? - le digo apagando el cigarro.

-Ni tiempo, ni mierdas - dice apagando el suyo.

Me abraza tan fuerte que me deja sin respiración.

-Prométeme que no te iras nunca.

+Lo prometo si tu prometes cumplir lo mismo.

-Esta bien.

+Aunque no seamos nada no quiero que te vallas.

-No me iré hasta que me digas que me valla, en ese momento en que lo hagas me iré pero no volveré por mucho que me duela.

+Per... - me interrumpe.

-No me digas que las promesas se rompen, yo esta no la voy a romper.

+Yo tampoco. - le digo muy segura.

Arthur se tiene que ir a casa, su madre lo necesita ya que esta divorciada.

Yo me tumbo en mi cama a pensar.

Estoy muy contenta por nuestra reconciliación, por todo en fin.

Nos besamos como fieras, disfrutando cada beso, cada encaje de su boca con la mía y nuestras manos entrelazadas como dos lazos.