Al otro lado del tragaluz

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Cuando abrió los ojos la noche ya había caído. La única fuente de claridad era la del tragaluz al otro lado de la habitación por donde entraban los reflejos de la luna.

KyungSoo logró enfocar después de unos segundos y pudo ver a JongIn a su lado durmiendo plácidamente. No sabía cuánto habían dormido, pero se imaginaba que no más de un par de horas. Habían estado prácticamente todo el día en la cama, sólo se levantaron para comer y bañarse. Ni siquiera habían podido ver una película, porque al parecer el estar todos esos meses lejos los volvía adictos y desesperados por el contacto del otro, y no se refería sólo a sexo, sino también a acurrucarse uno al lado del otro mientras platicaban por horas.

Se acercó a su cuerpo y se recostó de lado, subiendo una pierna sobre las del chico y recargando la cabeza en su pecho. Los sonidos de su corazón y respiración eran tranquilizantes. KyungSoo siempre había disfrutado los momentos así con él, desde el principio, hacía ya casi ocho años.

«Ocho años» se repitió, pensando en todo lo que eso significaba. Todas las risas, desventuras, sorpresas, pero sobre todo, lo que habían forjado juntos a través del tiempo.

Aún recordaba a su yo de 18 años nervioso cada vez que JongIn se acercaba o lo miraba. Recordaba el como pretendía ignorarlo cuando recién se conocieron. Y JongIn había malentendido todo gracias a su timidez y al hecho que le gustara tanto. Ese era un tema que les causaba gracia ahora, pero que atesoraban como el inicio de todo. Su inicio.

Y por otro lado estaban esos momentos que KyungSoo se había jurado mil veces borraría de su mente. Y aunque no pudo, la vida le enseñó a superarlos. Todavía sabían amargos, pero ya no dolían como antes. Él aún no podía escuchar su nombre sin sentir una molestia rondando su cuerpo, y eso era algo que esperaba pudiese irse por completo algún día, porque sabía que no era su culpa, que ni ella ni JongIn eran culpables de lo que había pasado, y que en realidad no había pasado nada más que un poco de publicidad y fingir ser lo que no eran.

Y aun así...

E incluso sabiendo eso le había dolido demasiado. En ese momento sus sentimientos no eran racionales, no importaba que todo fuese una farsa, a él lo lastimaba. Había significado una pérdida, un robo. Le habían quitado su derecho a ser su pareja ante todos. Él siempre quedaría como su amigo, nunca como su novio. Y KyungSoo se repetía que las opiniones de la gente estaban de más, que no tenían porqué importarle, pero lo hacían, ¡maldita sea, sí lo hacían! Sí le importaban cuando se trataba de su relación con JongIn. Le lastimaba ver a todos hablar de lo bien que lucía con la chica, estando él relegado, porque claro, sólo eran amigos.

Eso era realmente lo que había dolido, lo que todavía dolía, que le repitieran constantemente que su amor estaba mal y que no era motivo de orgullo. Que nunca lo sería.

Y JongIn le había pedido disculpas como un loco, aunque no era su culpa, a pesar que también era una víctima.

No obstante, las peleas no se hicieron esperar. La distancia que la empresa ponía frente a cámaras pronto llegó a su relación. Su trabajo como actor tampoco ayudó mucho, pero para KyungSoo fue como una salida a todos sus problemas: ahogarse en el trabajo, rodearse de otro ambiente.

Y él y JongIn se dieron un tiempo. El episodio más difícil de su vida.

Llevaba pensándolo ya por mucho tiempo y había llegado a la conclusión que a pesar de todo no había sido una mala decisión. Vinieron cosas buenas después de eso.

Descubrieron que había más gente allá afuera con la que convivir, que tenía a personas que querían ser su amiga, pero que hasta ahora no les había dado la oportunidad. Todos los chicos del grupo eran un ejemplo de ello. Había formado lazos más fuertes y eso no fue una pérdida en lo absoluto.

Tras las pequeñas ventanas [KaiSoo]|EXO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora